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Columna
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Última baza para la izquierda en Barcelona

Enric Company

Hay algunos datos nuevos en la política municipal de Barcelona que configuran una situación inédita en la presente etapa democrática. Uno de ellos es que los sondeos apuntan por vez primera en 31 años que la izquierda puede perder la mayoría en su Ayuntamiento. Otra novedad es que en el partido del actual alcalde, el socialista Jordi Hereu, hay por lo menos un eventual aspirante a sustituirle como candidato en las próximas elecciones municipales. Se trata de Ferran Mascarell, un ex concejal de la ciudad y ex consejero de Cultura de la Generalitat durante la presidencia de Pasqual Maragall que goza de excelente prestigio.

Ninguna de estas dos circunstancias se había dado anteriormente. Ambas se producen, además, en un panorama de dificultades y retroceso de las izquierdas tanto en el contexto general europeo como en el español. Y cuando Cataluña está a pocos meses de unas elecciones autonómicas para las que también hay síntomas de retraimiento entre el electorado de las izquierdas. Ambas derechas locales se frotan las manos con lógica excitación solo de pensar en lo que puede caerles en menos de un año.

Hereu afronta el reto de rehacer en diez meses la confianza en el modelo que la ciudad lleva una década aplicando

Destacados socialistas piensan que agitar ahora el debate acerca de un eventual cambio de su candidato a la alcaldía de Barcelona para las elecciones que toca celebrar en la primavera de 2011 responde sobre todo al interés de esas derechas y de la prensa conservadora, porque implica poner en duda la idoneidad del alcalde Hereu. Es decir, desgastarle ya ahora como candidato a la reelección. No les falta razón. Y esta es la perspectiva en la que debe situarse la reafirmación de la figura de Hereu por la federación barcelonesa del PSC el pasado fin de semana.

Los apuros de la mayoría de izquierdas en el Ayuntamiento de Barcelona pueden ser fruto también, sin embargo, de una fatiga de materiales, tanto o incluso más que una cuestión de personalidades. Desde 1979 el PSC ha dado cuatro alcaldes sucesivos a la ciudad, que han sido capaces de dirigir la colosal transformación de la capital de Cataluña operada durante esta larga etapa. Lo han hecho siempre en coalición, primero con el PSUC, en la actualidad con Iniciativa-Verds y, en varios intervalos, con ERC. Nunca con mayoría absoluta y, desde 2007, en minoría en el Consistorio. Desde que el alcalde Joan Clos definiera su apuesta por hacer de Barcelona una capital basada en la economía del conocimiento, el siguiente gobierno municipal no ha acertado en la explicación del proyecto que, a fin de cuentas, aplican la ciudad y Cataluña y que es el que acaba de obtener ahora el reconocimiento de la revista Science. Dicho sea de otro modo: parece que la izquierda municipal ha perdido la fe en su capacidad de explicarse. La incógnita actual es si Jordi Hereu sabrá rehacer en 10 meses la confianza en el proyecto que la ciudad lleva aplicando una década. Es su oportunidad.

Los socialistas tienen una amplia experiencia acerca de cómo sustituir a un alcalde que consideran desgastado o no idóneo por cualquiera de las variadas razones que la política local presenta. La fórmula canónica consiste en relevar al alcalde en torno a la mitad del mandato por alguno de los concejales de su equipo, que, de esta forma, dispone de uno o dos años para rodarse, darse a conocer y concurrir con opciones de éxito a las siguientes elecciones.

Esta fue la operación ejecutada en 2006 con Clos y Hereu. Por motivos que ahora no vienen al caso, llegaron a la convicción de que el alcalde Clos había agotado su etapa y era aconsejable sustituirle por un candidato con más recorrido de futuro. Colocaron a Clos como ministro de Industria y situaron a Hereu en la alcaldía. Digan lo que digan los sondeos y piensen lo que piensen los dirigentes del PSC acerca de las expectativas de Hereu, lo cierto es que ahora no pueden ni elucubrar sobre una repetición de la jugada. Porque si hay eventuales sustitutos o aspirantes a sustituirle como candidato a alcalde en las próximas elecciones, están fuera del Consistorio. Es el caso de Mascarell, de cuya boca, dicho sea de paso, no ha salido en público ni una sola palabra para postularse como sucesor. Pero es también el caso de los otros nombres con los que se especula. O sea que esto es lo que hay.

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