Las recetas electrónicas son menos de la mitad de lo que afirma Salud
El nuevo sistema solo llega al 46% de las prescripciones
Las cifras que proporciona el Departamento de Salud de la Generalitat son muy distintas, en ocasiones, a la realidad. La consejera Marina Geli acudió en abril al Parlament para informar sobre la implantación territorial de la receta electrónica y anunció que llegaba al 99%, disponía de 1,2 millones de usuarios y se habían realizado 28 millones de prescripciones por este sistema. La realidad es bien distinta, según un documento al que ha tenido acceso este diario.
Las comarcas del Ebro, donde se introdujo por primera vez la receta electrónica, a finales de 2008, presentan todavía problemas tecnológicos y en otras áreas básicas el índice de prescripción no alcanza ni el 50%. En la Cataluña central algunos médicos aún no han asistido a los cursos de preparación y los 1,2 millones de recetas emitidas no alcanzan ni el 30% del total. En la práctica, la implantación real de la receta electrónica es del 46%. Una de las explicaciones de esa cifra son las reticencias de algunos facultativos ante las nuevas tecnologías, para abandonar las recetas de papel y pasar a las informáticas, un sistema que permite controlar también la cantidad de fármacos que prescriben a cada paciente.
El plan de implantación de la receta electrónica en Cataluña empezó a finales de 2008 y a principios de este año ha concluido su introducción en Barcelona y su área metropolitana. El pasado 20 de mayo se reunió el comité que verifica el grado de introducción de la receta electrónica. Aunque la Administración realizó un balance positivo del sistema, algunos datos que se expusieron son más bien desalentadores.
Deficiencias informáticas
Antoni Gilabert, gerente de Atención Farmacéutica y Prestaciones Complementarias del Servicio Catalán de la Salud, reconoce que las mayores deficiencias son informáticas. Cinco poblaciones de las comarcas del Ebro aún presentan problemas tecnológicos para administrar y en otras zonas, como Badalona, el freno a la implantación del sistema se debe a la incompatibilidad de los sistemas informáticos de los centros de asistencia concertados con los del Instituto Catalán de la Salud.
En teoría todos los facultativos de asistencia primaria en Cataluña y todas las oficinas de farmacia disponen de los medios tecnológicos para prescribir y vender medicamentos por medio de la receta electrónica. Pero de ahí a que lo utilicen dista un abismo en algunos casos, porque la implantación real media, según los datos oficiales, es del 46,29%. En las comarcas del Ebro y en Girona, el porcentaje es del 55% y del 54%, respectivamente. En el Camp de Tarragona, del 56%; en Lleida, del 55%; en la Cataluña central, del 44%; en el Pirineo y la Val d'Aran, del 41%, y en Barcelona no alcanza ni el 20%.
Sólo el 56% de los médicos ahcen un mínimo de 50 recetas electrónicas al mes, cantidad que Salud entiende como media. Por pacientes, ya han dejado atrás el papel el 33,24% en toda Cataluña.
Calella se queda en el 0,78%
"La implementación de la receta electrónica depende de la velocidad que cada centro de salud considera más adecuada. Unos van introduciendo los pacientes poco a poco. Y la variabilidad entre equipos médicos también es muy elevada. La receta se ha de implantar poco a poco, de manera presencial, y explicándosela al paciente", comenta Antoni Gilabert, el responsable de esta aplicación tecnológica.
No obstante, sorprenden algunos datos. Por ejemplo, el área básica de salud Tortosa 2 Oeste, que fue la ciudad donde se implantó la prueba piloto previa, el índice de prescripción de la receta médica es del 41% y en Falset (Priorat) se sitúa en el 40%. La población con menos recetas electrónicas es Calella (Maresme), con el 0,78%, y en el área de Terrassa, Rubí, Sant Cugat del Vallès, Barberà y Santa Coloma de Gramenet todavía se están impartiendo los cursos de formación a los médicos.
"Analizamos regularmente el nivel de implantación y lo detallamos caso por caso. Estamos satisfechos, aunque reconocemos que todo se puede mejorar y en eso estamos. Pero lo estamos viviendo con normalidad", añade Gilabert. Entre las mejoras que quiere instaurar Salud figura un modelo de posología mucho más comprensible para los usuarios a base de pictogramas según las diferentes comidas del día. También se quiere introducir el precio del medicamento en la receta para que el paciente sea consciente de lo que cuesta el servicio y que además el usuario pueda acceder a ella a través de Internet. Asimismo, Salud utilizará esta misma plataforma informática para dar a conocer a los médicos y enfermeros las alertas farmacéuticas sobre suspensión o retirada de medicamentos.
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