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Guipúzcoa planea el futuro mientras peligran sus proyectos del presente

Las instituciones deciden en poco tiempo suspender Tabakalera, achicar el puerto exterior de Pasajes y aparcar la estación de autobuses donostiarra

Mikel Ormazabal

Guipúzcoa se esfuerza en tener el futuro despejado, cuando su presente está plagado de nubarrones. Esta provincia se ha puesto a imaginar muy seriamente cuáles son los retos estratégicos que deberá acometer en 2020 y 2030, mientras se le escapan de las manos los proyectos del 2010. El territorio echa el freno a la transformación cultural de Tabakalera, empequeñece el puerto exterior de Pasajes o aparca la estación de autobuses donostiarra, al mismo tiempo que Vizcaya festeja por todo lo alto la reapertura de la Alhóndiga o pone la primera piedra de San Mamés Barria.

Se confirma aquello de que en Guipúzcoa se discute y en Vizcaya se hace. "Nos fustigamos demasiado. Repensar las cosas no está mal", afirma el director de la Oficina Estratégica de Guipúzcoa, Aitor Aranguren, para restarle dramatismo a esta situación.

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La decisión de dejar en barbecho Tabakalera, en plena campaña por conquistar la capitalidad europea de la cultura, ha puesto en solfa la solidez y el coraje de las instituciones guipuzcoanas para terminar de darle cuerpo a uno de los proyectos más emblemáticos de la provincia. De puntillas, los responsables del Puerto de Pasajes han ido achicando las dimensiones que tendrá la dársena exterior hasta dejarla en la mitad de lo que inicialmente se ideó. Sigue en el aire el futuro del aeropuerto de Hondarribia, surgen dudas de si prosperará el soterramiento de la línea de EuskoTren en San Sebastián y ha entrado en un cajón la sededel Orfeón Donostiarra.

Son ejemplos de las interrogantes que acompañan a algunos de los principales proyectos del presente. Para agravar la depresión sólo faltaría que la Real Sociedad no subiera a Primera.

¿Cabe adjudicarlo todo a las secuelas de la crisis económica? Alberto López Basaguren, catedrático de Derecho Constitucional, opina que "hay un componente coyuntural evidente", puesto que la recesión "ha coincidido con la puesta en marcha de algunas inversiones". Sin embargo, a su juicio, no conviene perder de vista que "la gran fractura política existente [en Guipúzcoa] lo condiciona todo, y contribuye a paralizar el dinamismo de la sociedad. El discurso político ahoga los proyectos".

Los empresarios están muy preocupados por la paralización de algunas actuaciones que eran claves. El presidente de Adegi, Eduardo Zubiaurre, considera que si se frena la inversión pública, el PIB guipuzcoano podría "ser negativo". Por eso, llama a los gobernantes a "no perder la cabeza" y a mantener a toda costa las principales inversiones. La realidad dice otra cosa. El ritmo de la obra pública se ha desplomado peligrosamente en el primer trimestre del año. Las estadísticas son contundentes: la licitación pública se redujo hasta marzo en un 45,5%.

"Los proyectos no pueden afrontarse de la misma manera en medio de la crisis. Y si se descartan proyectos, será porque no tenían la capacidad de tracción que se pensaba", sostiene Aranguren. El caso es que el actual estado depresivo no consigue nublar el futuro. El trabajo realizado por la Oficina Estratégica de Guipúzcoa, durante casi 20 meses de reflexión y debates, ha permitido identificar los proyectos para la "transformación" integral del territorio en 2030. Son los siguientes: un Centro de Inteligencia Tecnológica para el desarrolo del coche eléctrico (300 millones), un Instituto para la Inteligencia y Transferencia de Conocimiento sobre el tren del futuro (200 millones) y el Centro de Postgrado Campus de Gipuzkoa de excelencia internacional, además un programa para atraer talento del extranjero (100 millones) y otro para intensificar el uso de energías renovables, entre otros planes de orden social, ambiental y político.

Estos retos figuran en el documento de conclusiones del Proceso G+20, que se presentará el 1 de julio. Uno de los objetivos para 2030 es "liderar y traccionar desde Guipúzcoa al conjunto de la economía del País Vasco".

La construcción del metro donostiarra en el tramo Añorga-Rekalde cuyas obras se iniciaron a finales de agosto de 2009.
La construcción del metro donostiarra en el tramo Añorga-Rekalde cuyas obras se iniciaron a finales de agosto de 2009.JAVIER HERNÁNDEZ

Los planes 'rotos'

- Tabakalera: A propuesta del Ayuntamiento de San Sebastián ha quedado aplazado sine die la transformación del edificio en un centro internacional de cultura contemporánea.

- Puerto exterior: Iba a tener 200 hectáreas. Ahora se queda en 90. No se descarta darle carpetazo.

- Aeropuerto: Cada vez hay menos vuelos y viajeros. Su ampliación pierde fuerza.

- Estación de autobuses:Después de 15 años, las obras se retrasan hasta nuevo aviso.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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