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El mayor ajuste de la democracia

ELA y LAB fracasan en la huelga contra Zapatero

El paro en el sector público, el primero convocado en España contra las medidas de ajuste, no paralizó la Administración

Pedro Gorospe

Los sindicatos nacionalistas ELA, LAB, ESK y STEE-EILAS fracasaron ayer por partida doble en su llamamiento a la huelga a los más de 100.000 trabajadores del sector público vasco (gobiernos autónomo y central, diputaciones y ayuntamientos), en protesta por las medidas de ajuste y los recortes salariales decretados por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Primero fracasaron en su intento de paralizar la Administración: sólo uno de cada cuatro funcionarios del Gobierno vasco y apenas uno de cada cinco de las diputaciones secundaron la protesta. Pero es que además no lograron siquiera arrastrar a los funcionarios a los que representan sus comités de empresa. ELA y LAB suman el 68,4% de la representación sindical en la Administración general y el 74,8% en el total de la Administración vasca, incluyendo los funcionarios de Sanidad, Educación, Justicia e Interior.

Menos del 24% de los empleados del Ejecutivo secundó la protesta
Si esto no cambia las movilizaciones serán más amplias", advierte ELA
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El paro era el primero que se convocaba en España contra el decretazo de Zapatero y el segundo que los sindicatos abertzales lanzan contra los socialistas en un año tras el que plantearon el 21 de mayo de 2009 para recibir al Gobierno de Patxi López. Ambos se han saldado con un fracaso para los convocantes.

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Pese a su mayoría aplastante en la representación del sector público, las centrales nacionalistas apenas lograron que secundase la huelga el 16,34% de los funcionarios de la Administración general, el 5,07% de media en los dos turnos de Osakidetza, el 7,2% entre los empleados judiciales y el 13,7% del personal laboral de Interior. En conjunto, paró el 23,05% de los funcionarios dependientes del Ejecutivo autónomo, según los datos de este que se usarán para descontar la jornada de paro en el sueldo de quienes la secundaron.

Sí superaron el 40% de seguimiento en Educación, lejos con todo de su representación sindical, que casi dobla ese porcentaje. "En la última huelga que hubo en 2002, el seguimiento en la Administración general fue del 26%. Se puede observar que ha sido mucho más bajo y esto lo enlazo con la responsabilidad que todos los funcionarios muestran y demuestran con su trabajo diario y su solidaridad con las circunstancias que se están viviendo", recalcó la portavoz, Idoia Mendia, tras la reunión del Consejo de Gobierno.

Frente a los datos oficales, los sindicatos convocantes calificaron el paro como "un rotundo éxito", sin explicar cómo habían calculado el apoyo a la protesta. Portavoces de ELA y LAB cuantificaron en un 55% el seguimiento entre los funcionarios del Gobierno y un 75% en las diputaciones. Añadieron que en algunas comarcas los ayuntamientos "han cerrado casi masivamente" como el Duranguesado, Tolosaldea, Goierrialdea y Lea Artibai.

Las instituciones forales también rebajaron sustancialmente las cifras sindicales. El portavoz de la Diputación de Vizcaya, Juan María Aburto, recalcó que la huelga "no ha incidido en la prestación de servicios públicos" forales, ya que fue secundada por sólo el 13% de sus trabajadores. En la Diputación guipuzcoana, el apoyo se quedó en el 8,8% mientras que en la de Álava se elevó a un 14%, según fuentes de ambas instituciones. Los convocantes disponen en las administraciones territoriales de Álava y Vizcaya de más del 50% de los representantes sindicales, y de un 49% en Guipúzcoa.

Sí alcanzaron en cambio su representación en el Ayuntamiento de Bilbao, donde ELA y LAB lograron el respaldo del 70% de los empleados, según datos coincidentes de la Administración y de los sindicatos. "La gente tenía muy claro que había que protestar cuando los trabajadores no hemos sido los causantes de la actual situación" de crisis, aseguró el presidente del comité de empresa del conistorio, Txema Landa, de ELA.

Su compañera Izaskun Garikano, secretaria de la federación de Servicios Públicos de la central mayoritaria, consideró que la actitud del lehendakari López y de los tres diputados generales en la reunión que mantuvieron anteayer supone "un gravísimo ataque" a los derechos de los trabajadores después de los acuerdos logrados en la negociación colectiva. ELA firmó en noviembre pasado el convenio del sector público vasco tras llevar varios años sin hacerlo.

En esa línea, todos los convocantes suscribieron un comunicado conjunto en el que enfatizaron que sus medidas de presión no han acabado. "Si esto no cambia, aseguramos que más temprano que tarde las movilizaciones serán sin ninguna duda más amplias y contundentes", sostuvieron.

Para CC OO y UGT, que han convocado en toda España una jornada de huelga contra el decretazo para el próximo 8 de junio, la protesta nacionalista sólo tenía como objetivo "desactivar" su convocatoria. "En vez de sumarse y lograr una huelga efectiva, la han convocado con precipitación con el único objetivo de que en Euskadi fracase la del 8 de junio, indicaron dirigentes vascos de ambas formaciones.

La mayor visualización de la huelga se produjo en las manifestaciones que los convocantes organizaron en las tres capitales vascas y en Pamplona, que seundaron varios miles de personas en conjunto. En las pancartas e podía leer, por ejemplo, Sector público en lucha. A favor del empleo y los servicios públicos. La huelga tampoco tuvo mucho seguimiento en el grupo EITB, al emitirse la programación con normalidad salvo en Radio Vitoria y Euskadi Gaztea, donde se emitieron los servicios mínimos. EuskoTren y EuskoTran ofrecieron el 100% del servicio habitual.

La manifestación convocada por los sindicatos nacionalistas pasa ante la sede del Gobierno en la Gran Vía de Bilbao.
La manifestación convocada por los sindicatos nacionalistas pasa ante la sede del Gobierno en la Gran Vía de Bilbao.SANTOS CIRILO

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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