Un problema nuevo para el sector financiero

Las decisiones políticas para regular los sistemas financieros parecen más destinadas a acabar con ellos, a juzgar por la respuesta que están obteniendo en los mercados de valores. La UE está a punto de proponer a los Gobiernos la aplicación de impuestos a la banca, con el fin de crear fondos de crisis, una especie de seguridad social bancaria que ha provocado el caos en el sector.

La mayoría de las entidades financieras europeas ha registrado fuertes pérdidas en esta sesión y ha contribuido a aumentar la sensación de caos en las Bolsas. El sistema español, en el que coinciden las afirmaciones sobre su solidez con la intervención de entidades, no escapó a la corriente vendedora y los valores bancarios capitanearon las caídas durante buena parte de la jornada.

El Ibex 35 abrió con un descenso del 2,80%, que era consecuencia de la pérdida del día anterior en la Bolsa de Nueva York, pero el aluvión de papel que cayó sobre el mercado hizo que en tres horas se marcara mínimo anual con 8.812,10 puntos y una caída del 5,12%. A partir de ese momento, los tanteos compradores simultanearon su actividad con las órdenes de venta, con lo que aumentó la volatilidad y la confusión, aunque al final de la sesión se limitaron las pérdidas al 3,05% y se consiguió salvar el nivel de los 9.000 puntos.

Todo intento de regulación del sector financiero y de sus productos es interpretado como una necesaria reducción de beneficios, algo que los propios interesados se encargan de hacer llegar hasta los inversores, los cuales actúan en consecuencia. La sensación más extendida entre los inversores es de aumento inusual del riesgo en un entorno difícil de entender y de manejar. Las decisiones políticas sobre la regulación del sector financiero, al no ser tomadas por consenso, perjudicarán a la eurozona si en otras áreas económicas no se adoptan medidas similares. Pero eso no es lo que más preocupa a los inversores, en un momento en el que la salida de la recesión económica se va a hacer coincidir con una fuerte reducción del gasto que puede retrasarla algunos años más.

Los niveles mínimos a que ha caído el Ibex 35 son un reflejo de las expectativas que maneja la inversión ante un panorama en el que la confusión parece llevar la voz cantante. Con todo, los precios bajos atrajeron a algunos compradores.