Túnez acalla a la oposición para que no frene su acercamiento a la UE
El presidente Ben Alí presenta una nueva ley para encarcelar a los disidentes
La disposición recuerda a algunas leyes vigentes en los que fueron países comunistas. El presidente de Túnez, Ben Alí, presentó a su Gobierno, el 19 de mayo, una modificación del código penal que será aprobada en breve por un Parlamento en el que el partido del jefe del Estado, el Reagrupamiento Constitucional Democrático, es hegemónico.
La enmienda prevé penas de hasta cinco años de cárcel para todos los tunecinos que "establezcan deliberadamente contactos con extranjeros con el objetivo de perjudicar los intereses vitales de Túnez".
La maltrecha oposición a Ben Alí no tiene la menor duda. Se trata de "la respuesta a las críticas formuladas por las organizaciones de defensa de derechos humanos a propósito de la pretensión del régimen tunecino de obtener el estatuto avanzado" que concede la Unión Europea, afirma el Comité para el Respeto de las Libertades y los Derechos Humanos en Túnez.
La presidencia española de la UE quiere acelerar el acuerdo con Túnez
El llamado "estatuto avanzado" es una relación privilegiada, sobre todo económica y comercial, que los Veintisiete establecen con sus vecinos de la orilla sur del Mediterráneo. Hasta ahora solo se lo han otorgado, en 2008, a Marruecos, el primer país árabe con el que la UE celebró además una cumbre hace dos meses en Granada.
Invitados por la Red Euromediterránea de Derechos Humanos y por la ONG española Acsur-Las Segovias, varios grupos de oposición tunecinos se reunieron en Madrid a finales de abril.
"Dejamos claro entonces que ahondar la relación con Túnez sin arrancar contrapartidas en materia de derechos humanos equivale, por parte de la UE, a dar una nueva palmada en la espalda a la dictadura" de Ben Alí, afirma Sihem Bensedrine, portavoz del ilegal Consejo Nacional para las Libertades en Túnez.
Aprovecharon su paso por Madrid para entrevistarse con funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores. "Nos pareció que no estaban al corriente de la situación represiva en nuestro país", recuerda Bensedrine.
Las autoridades de Túnez aspiran a conseguir el mismo trato preferente que Marruecos y la presidencia española de la UE no ahorra esfuerzos para darles satisfacción después de que la negociación se estancase cuando Suecia encabezaba a los Veintisiete.
"España pone más ahínco en complacer a Túnez que Francia", se lamenta Sihem Bensedrine por teléfono desde Barcelona, la ciudad en la que se ha visto obligada a exiliarse.
Hace dos semanas se celebró en Bruselas una nueva reunión con una delegación tunecina. El secretario de Estado español para la UE, Diego López Garrido, anunció a la salida la creación de un grupo de trabajo sobre el estatuto avanzado. El acuerdo con Túnez quedará probablemente cerrado este mismo año.
El Gobierno de Túnez "seguirá trabajando para más libertad y más democracia (...)", proclamó, por su parte, en Bruselas su ministro de Asuntos Exteriores, Kamel Morjane.
Dos semanas después de esa declaración una sentencia judicial prohibió por completo las actividades de la Liga Tunecina de Derechos Humanos, según informaron el domingo las autoridades de Túnez a la agencia de prensa AFP. Era la única ONG legal e independiente que aún podía trabajar en ese ámbito.
Las organizaciones internacionales de derechos humanos consideran que de todos los países de la orilla sur del Mediterráneo que han suscrito acuerdos con la UE -Libia no ha firmado ninguno-, Túnez es el más represivo.
En sus cárceles, calcula Human Rights Watch, hay unos 800 presos de conciencia, la mayoría islamistas no violentos, mientras que en Cuba, con cuyo régimen la UE no mantiene ningún tipo de acuerdo, son menos de 60.
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