"He vuelto a nacer"

El calendario sonrió ayer a Marta, propietaria de una tienda de interiorismo en el corazón de Mataró. Los lunes por la mañana, el establecimiento que regenta esta mujer en el número 371 del Camí Ral permanece cerrado. De modo que Marta no estaba en el local cuando, ayer a mediodía, el edificio se desplomó por completo. "He vuelto a nacer", comentó a sus allegados tras el cordón policial, mientras observaba cómo los bomberos extraían a mano los escombros.

La búsqueda de los 91 bomberos desplazados a Mataró no dio resultado, lo que significa que no hubo que lamentar víctimas ni heridos por el derrumbe del bloque, que consta de bajos y una planta. Dos albañiles que trabajaban para levantar la estructura el edificio contiguo -que se había tirado para hacerlo de nuevo- oyeron un fuerte estrépito y huyeron de la obra. Uno de ellos oyó el grito de un peatón, lo que en un primer momento llevó a las autoridades a pensar que había víctimas. No fue así.

Las obras en el número 373 se apuntan como la causa más probable del derrumbe del edificio, según fuentes de la investigación. El accidente obligó a modificar líneas de autobús, a mantener alejados a los vecinos de los bloques contiguos y a cortar tres horas la electricidad, lo que afectó especialmente a los ancianos de la residencia Sant Marc.