El paisaje de mis ventanas
El paisaje urbano de las ventanas de mi casa me muestra Tendetes. Os ruego que lo imaginéis conmigo: Al pie tengo la Avenida de Burjasot (5 carriles en una sola dirección) que se junta en un suave ángulo con la calle Nicasio Benlloch (otros 5 en dirección contraria), dejando una curiosa rotonda con forma de aguja en medio. Al otro lado un parking enorme, privado, en forma de "ele". En él duermen decenas de camiones ligeros que albergan el género que se vende en los mercadillos de Valencia. Cada mañana se vacía y se llena de automóviles de funcionarios que vienen a trabajar. Detrás de él hay un descampado que de día es el "parking-trasera" del hospital la Fe, y por la noche, un agujero negro.
La Fe, enorme en extensión y altura, domina mi paisaje; de día su demanda insaciable de espacio urbano para aparcamiento invade y llena hasta el último rincón de las calles de la zona norte del barrio, donde vivo. Destaca delante del hospital una alta chimenea, de su crematorio de residuos, hoy inactivo, que en otros tiempos impregnaba medio barrio con un tufo característico y desagradable que motivo protestas.
A la izquierda de la Fe veo un trozo del edificio-cubo que alberga la burocracia del Gobierno Central, y casi pegado, el Expohotel, que destaca sobre Nuevo Centro. A continuación veo un edificio del IVO, y un poco más a la izquierda otro gran hotel, el NH, colindante a la fea y cutre estación de autobuses. Su parte inferior me la tapa el inmenso edificio del PROP 2, mellizo del PROP 1. El parto del PROP 2 fue doloroso y provocó en su contra la movilización más importante que recuerdo.
¡La propia descripción agobia! ¡Todos estos edificios en un área de 500x500 m! Las calles de la parte sur del barrio acogen de día, hasta la saturación máxima, los coches de funcionarios y usuarios. Servicios y aparcamientos, pero ¿y nosotros? La última oleada masiva de vecinos que se instaló en el barrio, en los años 70, lo hizo en bloques de cinco pisos de protección oficial. Convivían con descampados y el circuito para obtener el carnet de conducir. Pero en los 80 y 90 se trasladó el circuito y sobre él y los descampados se construyó todo lo que veo.
¿Y los espacios públicos, las zonas verdes, los centros culturales o de ocio, los servicios para los vecinos? El catálogo es muy escaso. Iba a enumerarlos y a resaltar las carencias pero el espacio en el papel, como el urbano, es limitado y quiero hacer una reflexión final. Somos partícipes y víctimas de una especie de patología urbana que convierte a los vecinos en residentes domiciliarios. Aqui ya no hay sitio para espacios de convivencia en el sentido de las plazas públicas de antaño. Las zonas verdes son parcelitas valladas entre sitios de paso, los lugares de reunión son terrazas de bares en cualquier acera ancha (escasas y con ruido), la tercera edad se conforma con algunos bancos, los jóvenes directamente en grupos en la calle y los niños concentrados en pequeños parques acorchados.
Señores gestores municipales ¿dónde quedamos los vecinos de Tendetes (los vecinos de los barrios) en su modelo de planificación urbana?¿Hacen su trabajo en base a algún modelo urbano? Lo dudo.
Julián Ramiro es biólogo
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