Por la Biblioteca Nacional
Con estupor, tristeza y desesperanza asisto a la "devaluación oficial" de la Biblioteca Nacional, una institución que tanto simboliza en la rica pero saturnina historia de nuestro país.
Mi lamento es una voz que se alza entre miles de bibliotecarios que, a diario, trabajan, anónimamente, ayudando a crecer en el diálogo, en la información y en la palabra.
A la vez, quiero expresar mi apoyo a la directora Milagros del Corral, una mujer honesta y honrada, lo que no deja de ser extraordinario en estos tiempos.
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