La incertidumbre por la nube de ceniza provoca cancelaciones hoteleras

Las consecuencias de la nube de cenizas del volcán islandés no se quedan sólo en la cancelación de vuelos en los tres aeropuertos gallegos, que dejaron a más de 4.000 personas en tierra desde la madrugada del pasado sábado. El efecto llega también a los centros de hostelería de la comunidad, que están perdiendo reservas para esta semana o dejándolas en espera debido a la inseguridad entre los clientes sobre el tráfico aéreo para los próximos días, explica el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Santiago, José Antonio Liñares. En la tarde de ayer se cancelaron tres vuelos procedentes de Madrid, cada uno con destino a un aeropuerto gallego. El resto funcionaron con normalidad.

Ayer fueron cancelados tres vuelos procedentes de Madrid

A falta aún de datos que permitan tasar las consecuencias del parón aéreo, la impresión de los hosteleros es que se añade a los problemas de un sector que "está sufriendo muchos trastornos". Coincide con Liñares el presidente de la Confederación de Empresarios Hosteleros de Galicia (Cehosga), Héctor Cañete: "Lo único que tenemos claro es que es negativo, no sólo por las consecuencias inmediatas, sino porque la gente cambia de destino. Es imposible hacer una estimación de las cancelaciones". La anulación de vuelos del fin de semana produjo desajustes "en los dos sentidos" porque los viajeros que se tenían que ir compensan, al prolongar su estancia, el retraso de los que tenían que llegar a Galicia.

El problema se agrava a lo largo de esta semana porque los que se marchan ya han buscado otras formas de llegar a sus destinos, mientras que muchos otros siguen sin poder volar o, simplemente, desisten ante la incertidumbre de no saber si podrán volver a casa. "Se están perdiendo reservas importantes, como las de grupos organizados", explica Liñares, "todos los establecimientos [de Santiago], en mayor o menor medida, están afectados". No sólo los viajeros que llegan en avión a Santiago se ven perjudicados, dice, porque muchos turistas extranjeros vuelan a España y llegan después a Galicia por otros medios.

La situación es también pésima para los viajeros, lamenta Liñares, que critica la falta de información por parte de las compañías y las agencias. "No había atención telefónica, la gente estaba perdidísima, la web de AENA no estaba actualizada y tenían que pagar por una llamada a los números de atención unos tres euros. Como no tenían información, muchos se iban a Lavacolla y se quedaban allí tirados", cuenta.

El comienzo del año, a pesar del Xacobeo, es flojo en la ocupación de los hoteles en la capital gallega. Las cifras de abril registraron una ocupación del 55%, siete puntos menos que el último Año Santo, en 2004, aunque en esa ocasión la Semana Santa se celebró en ese mes y este año coincidió en marzo. Sin embargo, los datos mejoran en comparación con el mismo periodo de 2009, en el que la ocupación era un 13% inferior. "El primer trimestre, hablando de un año Xacobeo, fue muy flojo y las cifras contenidas de Semana Santa, a pesar de que la meteorología no acompaña, demuestran bastantes ganas de venir a Galicia", considera Cañete.

La capital gallega celebra el próximo jueves la Ascensión, festivo local en Santiago, y la afluencia de gente también se puede ver afectada por la huelga de recogida de basuras que los empleados de Urbaser comenzaron a las 22.30 horas del domingo. Unos 140 operarios están llamados a cumplir con el paro, que pretende presionar a la empresa para que modifique sus turnos laborables. Así, pasarían de trabajar de lunes a sábado a hacerlo durante seis días (incluidos festivos) para descansar tres. Reclaman, además, que el personal contratado para cubrir prejubilaciones pueda optar, cuando finalice el contrato, a una plaza vacante y un incremento en el salario. La primera jornada de huelga transcurrió con normalidad y se está cumpliendo con los servicios mínimos, según indicó el presidente del comité de empresa, Valentín Nieves.

El alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, aseguró que no aceptará subidas en la tarifa de recogida de basura ni una disminución en la calidad del servicio. Bugallo pidió a los trabajadores que sean "prudentes" en sus reivindicaciones debido al contexto de crisis y al tratarse de una empresa con trabajo y empleos "asegurados", recoge Europa Press. "Les pedimos solidaridad a todos, esa solidaridad que debemos tener en un escenario de crisis", insistió.