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Crítica:FERIA DE LA COMUNIDAD
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Estoconazo

Antonio Lorca

Fandiño se perfiló entre los pitones, en la línea recta, montó el estoque con parsimonia, mostró la muleta al toro mientras se aupaba sobre la punta de las zapatillas; se acercó a su oponente con lentitud, a cámara lenta, pero con la firme decisión de enterrar la espada hasta la empuñadura y en el preciso hoyo de las agujas. Y así fue. Pero quedó encunado entre la seria y astifina encornadura del animal, que, por la inercia del encuentro, lo lanzó al aire y casi llega a dar el torero una vuelta de campana antes de caer de bruces en el suelo en un costalazo histórico. El buen hombre quedó lógicamente conmocionado y tardó un par de segundos en intentar recuperar la verticalidad; pero ése fue el tiempo necesario para que el toro quinto de la tarde cayera patas arriba, muerto sin puntilla.

GUARDIOLA / GALLO, FANDIÑO, MORA

Toros de Herederos de Guardiola Fantoni, muy bien presentados, nobles, sosotes y parados en el tercio final. Bravo y noble el primero.

Eduardo Gallo: estocada y cuatro descabellos (silencio); metisaca, estocada, dos descabellos y el toro se echa (silencio).

Iván Fandiño: pinchazo y estocada (ovación); estoconazo (oreja).

David Mora: dos pinchazos y estocada trasera -aviso- (silencio); pinchazo, estocada -aviso- y dos descabellos (silencio)

Plaza de Las Ventas. Segunda corrida de la Feria de la Comunidad.

Sábado, 1 de mayo. Casi tres cuartos de entrada.

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"Gracias por dejarme agarrar a la vida"

Momentos de tanta intensidad no se viven todos los días en una plaza, razón por la que Las Ventas se pobló de pañuelos blancos, y el presidente concedió una merecidísima oreja. La verdad es que la faena muleta no tuvo ribetes de calidad, a excepción de una tanda de derechazos templados y con gusto, porque el toro punteaba el engaño, y le faltó, como a los demás, fuelle y codicia, pero la estocada mereció por sí sola tan ansiado premio. Y, además, se le hizo justicia al torero, que estuvo toda la tarde ilusionado y valiente, decidido a convertir la corrida en un trampolín. Tras mostrarse decidido ante el soso segundo, veroniqueó al quinto con solemnidad y sabor, y volvió a lucirse en un quite, en el que dibujó una media de cartel. Y al primero de la tarde, de pitones astifinos que daban miedo, hizo un quite por gaoneras que puso a todos un nudo en la garganta. Es decir, que venía a triunfar.

No dio esa impresión Eduardo Gallo, que se afligió ante el mejor de la tarde, el primero, serio y con mucho cuajo, pero noble. Algún detalle sin continuidad y escasa convicción. Y volvió su apatía ante el parado cuarto. Y David Mora, el tercero, tuvo menos suerte con el lote, y su toreo dice poco. Lo molestó mucho el viento, y su primero lo volteó y lo perdonó. Que le dé gracias a Dios.

Iván Fandiño tras dar la estocada a su segundo toro.
Iván Fandiño tras dar la estocada a su segundo toro.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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