Los bailarines se echan a la calle
La profesión no consigue una sede para celebrar su día internacional
Para pocas fiestas está el sector de la danza en la región madrileña. En el decir de una bailarina, "pasan cosas aisladamente, pero no hay cohesión en la profesión ni la fuerza de otros tiempos". Y es que este año no han tenido acceso a un teatro para celebrar su día internacional anual, una fiesta que desde hace décadas se celebra en todo el mundo y que desde hacía 22 en Madrid tenía lugar en el hoy cerrado Teatro Albéniz. El año pasado la celebración se llevó al Teatro de Madrid, pero eso fue una excepción dentro del festival Madrid en Danza, que a partir de este 2010 se hará en noviembre. Y es verdad también que pasan cosas aisladas, quizás como debe ser en toda gran ciudad que se precie de cosmopolitismo. Anteayer se estrenó en el Teatro Nuevo Apolo "La Traviata", ballet sobre la ópera homónima de Giuseppe Verdi coreografiada y protagonizada por el bailarín argentino Iñaki Urlezaga acompañado de la compañía Ballet Concierto y va a estar en cartel un mes. En el Teatro Pradillo un programa de vanguardia con muchas piezas cortas se extiende desde ayer hasta el próximo domingo 11. Ayer desde las 19 horas, en la Plaza de Colón, un nutrido grupo de bailarines de todas las especialidades bailó gratuitamente al aire libre en una función que tenía mucho de reivindicativo; una maratón de ballet clásico, danza contemporánea y baile español daban cuenta de la mano de intérpretes de última generación de la desatención que sufre el sector y de sus posibilidades espectaculares. La queja no es nueva, las reivindicaciones, las mismas. También anoche en la sala verde de los Teatros del Canal una celebración tangencial al Día Internacional de la Danza llegaba con "Glossopoeia", creación de Alberto Posadas, con coreografía de Richard Siegel y que viene avalado por Centro Pompidou y el Festival de Otoño de París.
El programa 'Más que baile' alquila una sala de los Teatros del Canal
El Centro Danza Canal (CDC) también presentó ayer el listado de las 16 nuevas compañías seleccionadas en calidad de residentes para un período de 90 días. Una inquietante foto-cartel encabeza el dossier del CDC, donde una bailarina de disfraz impreciso, baja una escalera mecánica leyendo EL MUNDO; aparentemente viene de hacer la compra, con un capazo del que emerge una "baguette" muy dorada. En grandes letras del periódico abierto se lee un titular: "Llegar, triturar y marcharse". Las interpretaciones subliminales están servidas. Hubo una jornada de puertas abiertas en el CDC y la afluencia de público a media hora de la mañana era fluida en grupos cada 20 minutos a los que se les llevaba por todos los espacios en activo, y donde veían ensayar; algunos de estos espectadores excepcionales por primera vez, desde un grupo folclórico asiático a la compañía de Víctor Ullate u otros conjuntos de danza flamenca.
A criterio de algunos profesionales del sector que ven como positivo el poder acceder al CDC, el período de 90 días resulta insuficiente en cuanto los procesos de creación son diferentes en cada caso. La medida, de carácter salomónico y rotario, quiere dar la posibilidad de que todas las compañías de la región puedan usufructuar las elegantes y espaciosas instalaciones. Tampoco ven todos con buenos ojos que las salas se cedan a un programa de la televisión comercial, de una cadena privada y rodeado de las tintas más gruesas de la prensa del corazón. El programa de Tele Cinco "Más que baile" (anteriormente divulgado como "Mira quien baila" hasta que la cadena pública pleiteó por la titularidad y registro del nombre) mantiene alquilada una sala de las nueve que constan el centro. Se trata de un espacio que está fuera del ámbito rotatorio y que la coordinación del centro se reserva para cubrir ensayos especiales de otros conjuntos a los que hospedan los propios Teatros del Canal. El ver por los pasillos a Belén Esteban y otros concursantes del programa, además de una constante vigilancia a las puertas del centro de cámaras y alcachofas en acecho, ha despertado la inquietud e incomodidad de los profesionales del sector.
Un último incidente, anteayer, durante la rueda de prensa en una de las salas del CND donde se presentaba un ensayo del proyecto de la bailarina Cecilia Gómez donde un periodista fue expulsado, ha colmado una situación que absurdamente se tensa. Los responsables del CDC se excusan: el centro es un contenedor, el periodista en cuestión fue expulsado por la jefa de prensa de Gómez y ellos no tienen nada que ver.
También desde el CDC aseguran que los de "Más que baile" sólo usan la sala de marras para grabar los ensayos que aparecerán en los cortes del programa televisivo y que por ello pagan un generoso alquiler que revierte en el centro y sus necesidades de mejora y mantenimiento. Y se han recibido críticas por que aparezca el marchamo CDC a un programa de ese tipo. Concha Guerra, viceconsejera de la región, fue clara al respecto: "Yo me siento orgullosa siempre que aparece detrás el letrero Centro Danza Canal".
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