El PSC alerta de que se tambalea todo el pacto constitucional
No sólo está en peligro el Estatuto que las Cortes y los catalanes votaron en 2006. El riesgo de involución es grande y pueden tambalearse los grandes pactos del Estatuto de 1979 y la misma Constitución. El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) entonó ayer un discurso de alto voltaje para justificar el órdago del Parlamento de Cataluña al Tribunal Constitucional que busca forzar su renovación y que fue aprobado ayer con los votos del 88% de los diputados de esta Cámara.
El portavoz de los socialistas catalanes en el Parlamento autonómico, Miquel Iceta, aseguró poco antes de votar la resolución que una sentencia del Constitucional contraria al Estatuto hará replantear muchas cosas a los catalanes que hoy no son independentistas. "No sólo está en juego el Estatuto, sino una determinada interpretación de la Constitución de 1978, que fue un gran espacio de encuentro", dijo. Y se preguntó: "¿Seguiremos cabiendo los que luchamos para conseguirla y la votamos o nos veremos expulsados del consenso constitucional 30 años después?".
Los socialistas catalanes se aferran especialmente a esta idea y temen que si el Estatuto acaba pinchando acaben por triunfar las tesis más radicales de los nacionalistas e independentistas, algo que sería nefasto también para sus intereses electorales en los comicios de otoño.
Reunión Montilla-Rajoy
Más allá de la retórica parlamentaria, el presidente de la Generalitat se puso ayer manos a la obra reforzado por la resolución votada por tripartito y CiU. En su objetivo de lograr la renovación del Alto Tribunal antes de que dicte sentencia sobre el Estatuto, Montilla ha convocado a los senadores de l'Entesa Catalana de Progrés para encargarles que redacten en 30 días un borrador de reforma de la ley del tribunal. El objetivo es forzar la sustitución de los cuatro magistrados cuyo mandato está agotado.
Paralelamente, el presidente de la Generalitat se reunirá el jueves que viene con el líder del Partido Popular para pedirle que deje de bloquear la renovación del Alto Tribunal. Nadie espera nada del encuentro, pero el presidente de la Generalitat quiere que se visualice que el PP hace oídos sordos a las demandas de las instituciones catalanas. Mariano Rajoy, que suele presumir de que se reúne con todo el mundo, tendrá la oportunidad de defender el recurso contra el Estatuto que ha dejado completamente arrinconado a su partido en Cataluña.
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