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El PP limita la "regeneración democrática" a no hacer coaliciones

En el balance que el Parlamento acomete desde hace semanas sobre el primer año de mandato de Alberto Núñez Feijóo, ayer el BNG sometió a examen las repetidas promesas del PP en campaña, sobre la regeneración democrática.

En la sesión de control al Gobierno, el portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, citó los casos de la directora general de Traballo, Ana María Díaz López, condenada por despido improcedente, la denuncia contra el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, Agustín Hernández, que investiga el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, "las ramificaciones de la trama Gürtel en Galicia", "los escándalos en las oposiciones de la Xunta", e incluso la negativa de la Xunta a ayudar a los colectivos que defienden la memoria histórica.

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El presidente de la Xunta, evitó entrar en cada asunto concreto y se limitó a despejar todas las acusaciones echando la vista atrás. Contestó a los nacionalistas que "el PP nunca aceptará Carrumeiros" [la empresa a la que varios departamentos del BNG adjudicaron numerosos contratos durante el bipartito] ni "200 actas de inspección de trabajo sobre contrataciones irregulares" en el Consorcio de Benestar, adscrito a la Vicepresidencia de Anxo Quintana, durante la misma etapa.

Gobierno de perdedores

En su respuesta, Feijóo aludió incluso a las críticas que el ex portavoz nacional del BNG Xosé Manuel Beiras ha vertido en las últimas horas contra su propio partido para pedir que sea el Bloque quien se regenere a sí mismo. Todo menos aludir a las presuntas irregularidades que la oposición atribuye a algunos cargos de su propio Ejecutivo. De hecho, el presidente de la Xunta llegó a repetir tres veces que la "regeneración democrática" significa "gobernar cuando se ganan las elecciones y no hacerlo cuando se pierden". Fiel a su discurso que, cada vez que tiene ocasión, utiliza para deslegitimar las coaliciones electorales inherentes al propio sistema parlamentario, Feijóo lamentó que haya partidos que "gobiernan después de perder las elecciones".

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Esa idea que Feijóo reiteró durante los cuatro años que gobernó el bipartito, la aplicó ayer a las coaliciones de PSdeG y Bloque en las ciudades y en las diputaciones provinciales de Lugo y A Coruña. Por lo visto en el Parlamento, esa idea fuerza formará parte del argumentario de campaña que el PP prepara para las próximas municipales.

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