Última parada, Anfield
El Atlético defiende un gol en Liverpool a un paso de su primera final europea en 24 años
Lo que comenzó como una clasificación indecorosa por el patinazo en la Champions está a un solo escalón de convertirse en la segunda final este curso del Atlético, la primera europea después de 24 años, desde aquella de la Recopa que perdió ante el Dínamo de Kiev (3-0). El gol de Forlán en la ida coloca en una posición estupenda al cuadro de Quique. Pero el Liverpool ya remontó resultados adversos contra el Lille y el Benfica al amparo de Anfield, escenario que, pese a las miserias de los reds los últimos años, siempre infunde respeto. "Ya lo hemos conseguido antes. Mantener la cabeza fría será clave", calma el ambiente Rafa Benítez, que ha agotado un buen pellizco del crédito que le otorgó la conquista de la Liga de Campeones de 2005.
Ávido de delanteros, el Liverpool ha reclamado el calor del lesionado Fernando Torres para incendiar a la grada frente a un Atlético que llega más guapo que nunca, con sus jugadores principales descansados y dispuestos a cantar su segundo bingo. Quique Flores no se dejará nada en la nevera y saldrá a machete. El plan b, apostar por Agüero de único punta y reservar a Forlán para poner la puntilla tras el descanso, un plan que ya rindió a las mil maravillas en las eliminatorias anteriores en Estambul (1-2 al Galatasaray) y en Lisboa (2-2 en la cancha del Sporting), no le convence por el pastel en juego. "Puede que pasen años para que el Atlético esté a las puertas de dos finales... Si tienes tus sueños al alcance, agárralos".
La consigna es no encerrarse atrás y presionar la salida del Liverpool. "Lo más fuerte que tenemos es el contragolpe, por ahí podemos lastimarlos... Quiero que llegue ya el partido", calienta motores el Kun. "Si nos merecemos pasar a la final no será esperando al Liverpool", insiste, claro como un libro abierto, Ujfalusi. Aunque se mantiene invicto en la nueva variante de la Copa de la UEFA -dos victorias y cinco empates-, el Atlético, descontando la previa de la Liga de Campeones con el Panathinaikos, no ha ganado ningún partido más de los 13 que cuenta este curso en Europa. Ningún otro equipo ha logrado tanto con tan poco, y ninguno se maneja tan bien en las distancias cortas, como atestiguan Sporting y Valencia. "Ya nos hemos examinado en otros ambientes hostiles", prosigue Quique Flores, para quien el torneo, detrás de un envoltorio de campeonato fácil, esconde "una miniChampions".
Por eso, disputar la final de Hamburgo sería un gran paso para el club, que afrontaría con mejor cara los 300 millones de euros que adeuda. Y ni qué decir para la sufrida hinchada del Calderón, que no huele un título desde el doblete de 1996, y que, fiel en la salud y en la enfermedad, ha movilizado a más de 2.600 seguidores de la ribera del Manzanares a la ribera del Mersey.
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