Turbas sandinistas atacan el Parlamento por tercer día

La tensión se agudiza en Nicaragua. Por tercer día consecutivo, simpatizantes del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) atacaron con piedras y bombas caseras la sede de la Asamblea Nacional, donde los diputados de la oposición lograron ingresar escoltados por la policía. Mientras el presidente del Legislativo, el sandinista René Núñez, justificaba la violencia llamándola "la justa ira del pueblo", la Organización de Estados Americanos (OEA) emitió un comunicado en el que muestra su "profunda preocupación" por lo que ocurre en Nicaragua.

La crisis -que arrancó en enero, con el intento del presidente, Daniel Ortega, de controlar por decreto los poderes judicial y electoral- derivó el martes en un brote de violencia que ha paralizado varias zonas de Managua. Los grupos de choque del Frente Sandinista asediaron el miércoles durante siete horas la sede del Movimiento Vamos con Eduardo, la organización política del ex candidato presidencial y principal opositor de Ortega, Eduardo Montealegre. En el edificio, atacado con piedras y bombas caseras, se encontraban 50 personas, entre ellas 17 diputados. Las turbas incendiaron tres vehículos (incluidos el de un legislador opositor y un concejal) y desmantelaron una camioneta del canal 12 de la televisión. Montealegre criticó "el papel sumiso" de la Policía Nacional, a la que la oposición acusa de no controlar la violencia.

Montealegre denunció el asedio en un mensaje a la nación, en el que catalogó la situación de Nicaragua como "ruptura del orden constitucional" por parte de Ortega. "Hacemos un llamado al presidente a que respete el Estado de Derecho, que acepte las reglas de la democracia bajo las cuales fue electo y que se resigne a abandonar sus pretensiones reeleccionistas prohibidas por nuestra Constitución", dijo Montealegre.

El dirigente opositor acusó a Ortega de dirigir los actos vandálicos y pidió a la OEA que se pronunciara sobre la crisis política. Montealegre instó al secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, a "no voltear la cara, como lo hizo con el fraude electoral", en alusión a las denuncias suscitadas en los comicios municipales de 2008, que el organismo pasó por alto.

La noche del miércoles, la OEA emitió un comunicado en el que expresaba "su profunda preocupación" por la crisis, a la vez que hacía un llamamiento a preservar las instituciones, los derechos civiles y la integridad física de las personas. El organismo insta también a "resolver las diferencias por medio del diálogo".

Algunos analistas creen que la violencia desatada en Managua es una forma de presión por parte del presidente Ortega para obligar a la oposición a pactar el nombramiento de varios magistrados del Supremo, del consejo electoral y de otros funcionarios, cuyo mandato había terminado. Ortega dictó un decreto para mantenerlos en los cargos, decisión que corresponde al Parlamento.

"El decreto es una estrategia para garantizar la continuidad de Ortega no sólo para los próximos 15 o 20 años. La desesperación por mantener el poder los ha llevado a cometer actos inverosímiles con las leyes y la Constitución", explica el jurista Óscar Carrión. El presidente guarda silencio y ha cancelado un viaje previsto a Bolivia.