Las aerolíneas permiten a Marsans distribuir pero no vender sus billetes
La empresa demanda a IATA por retirarle la licencia para comercializar pasajes
Los dueños de Marsans batallan para salvar el futuro de su negocio de agencias de viajes, Viajes Marsans, la principal compañía del conglomerado empresarial del presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y Gonzalo Pascual, vicepresidente. Pascual ha llegado a un acuerdo con la mayor parte de compañías aéreas (Iberia y sus aliadas, Spanair y Air Europa, que representan la práctica totalidad de las ventas) para seguir distribuyendo billetes de avión, pese a que la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) le retiró la licencia el martes. Además, negocian contrarreloj con la banca la obtención de un aval de 20 millones que le reclama la organización para recuperar el permiso.
Las oficinas de Marsans seguían ayer entregando pasajes, pero las que los emitían y los cobraban eran las compañías aéreas a través de sus propios sistemas de venta. A efectos prácticos, el cliente no nota cambio: paga y sale del establecimiento con el billete en el bolsillo, pero el sistema de ventas del grupo turístico ya no es el que lo emite. La restricción de IATA incluye a las marcas Viajes Marsans, Tiempo Libre, Rural Tours Viajes, Viajes Atenea, Viajes Crisol y Viajes Marsans Lusitana, pero no afecta a los billetes ya vendidos por estas agencias anteriormente.
Las aerolíneas han echado un cable a Marsans por la cuenta que les trae, ya que el sector del transporte no quiere prescindir de uno de sus principales canales de venta, formado por más de 650 oficinas. "El problema es que Marsans está ahora comercializando esos billetes, pero sin cobrar por ello, ya que no lo vende ni lo intermedia la agencia en realidad, así que no sabemos cuánto puede resistir este negocio sin los ingresos que se pierden", reflexionó una fuente del sector.
Marsans cumplió ayer su advertencia y presentó ante el juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid una demanda "multimillonaria" contra la decisión de la IATA y los daños económicos que generará a la compañía, en palabras de Gonzalo Pascual. El empresario también denunció una "campaña de acoso y derribo" contra sus empresas.
La IATA reclamó un aval por valor de 20 millones a Marsans tras el informe de auditoría de Pricewaterhousecoopers sobre las últimas cuentas del grupo, de 2009 (comprende el periodo entre el 1 de marzo de 2008 y el 28 de febrero de 2009), según Pascual. "No podemos expresar una opinión sobre las cuentas anuales del ejercicio de 2009", concluye el informe de Price. Los auditores dudan de la repercusión que puedan tener en el grupo las deudas de otras sociedades de los empresarios y su participada Air Comet, ahora en concurso de acreedores: se trata de saldos por cobrar de 200,6 millones de euros y garantías de 212 millones. Marsans cerró el ejercicio con un beneficio de 7,5 millones, aunque sus deudas sumaban 459 millones.
Fuentes del sector consideran que las elevadas deudas de la propia Air Comet han influido en la decisión de IATA contra Marsans, pese a que el grupo de agencias de viajes asegura que no ha dejado de pagar. De hecho, la retirada de la licencia coincidió con el día en que el juez emitió su auto sobre el concurso (antigua suspensión de pagos) de la aerolínea y reveló que la deuda asciende a 310 millones de euros, casi el doble de los que la compañía había informado en principio.
Marsans también tiene problemas con los grupos hoteleros. El grupo Barceló, por ejemplo, no ha logrado acordar con la compañía las condiciones de comercialización de sus plazas y esta temporada no se comercializará de forma directa, sino dentro de paquetes de touroperadores.
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