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Empleados del Palau desconocían los pagos a firmas de propaganda electoral

Jesús García Bueno

Cuatro empleados del área económica del Palau de la Música explicaron ayer, ante el juez Juli Solaz, que desconocían por completo el desfalco perpetrado por el ex presidente de la entidad, Fèlix Millet. Los trabajadores, que declararon en calidad de testigos, desconocían incluso la existencia de las tres empresas de mercadotecnia y buzoneo a las que Millet pagó dos millones de euros por trabajos que nunca llegaron a realizar.

Las empresas Hispart, New Letter y Letter Graphic (las dos últimas comparten una misma matriz) facturaron, entre 2007 y 2009, casi dos millones de euros al Palau, tal como avanzó EL PAÍS el pasado mes de marzo. Según la investigación, estas firmas -alguna de ellas goza de reputación en la mercadotecnia electoral y ha realizado trabajos para CiU- recibieron el dinero mediante transferencias bancarias y cobro de talones. Los trabajos nunca quedaron debidamente justificados.Pese a la existencia de estos pagos, tres de las responsables económicas del Palau aseguraron ayer que no tenían conocimiento alguno de la relación de las empresas con la entidad. Adriana Mata, encargada de cerrar los contratos de patrocinio; Ana Morante, directora de servicios, e Isabel Martínez -que fue secretaria de la ex directora general, Rosa Garicano- coincidieron en que desconocían totalmente la doble facturación del Palau y los presuntos pagos en B. Eso, a pesar de que gestionaban las contrataciones de artistas y agentes.

El chófer desconocía el contenido de las bolsas de basura que sacó de la entidad

Al contrario de lo que siempre habían mantenido Millet y su mano derecha al frente del Palau, Jordi Montull, los administrativos negaron ayer que se pagara con dinero negro a los artistas que actuaban en el recinto o sus dietas. Según las secretarias, los pagos de los que ellas tenían conocimiento correspondían al dinero que constaba en las facturas. Los contratos se firmaban "con precio cerrado", según las empleadas. En la sesión de ayer también trascendió, según detallaron fuentes judiciales, que algunos artistas exigían que se les pagara parte de la remuneración en los entreactos de sus funciones.

La declaración del cuarto empleado, J. M. Ambrós, también aportó información sobre algunos de los episodios más curiosos del caso Palau. Ambrós, que trabaja como chófer y conserje, vino a decir que él sólo recibía órdenes de sus superiores y las ejecutaba como buenamente podía. Según fuentes judiciales, el chófer declaró que, en más de una ocasión, había recibido el encargo de ir a cobrar cheques en oficinas de Caixa Catalunya y Caja Madrid. También realizó ingresos.

Ambrós es la persona que, después del registro del Palau efectuado por los Mossos d'Esquadra, sacó, de forma clandestina, unas bolsas de basura con documentación de la entidad. Más tarde, la policía encontró esas bolsas en un piso propiedad de Jordi Montull, que, junto con Millet, es el máximo responsable, presuntamente, del desfalco de más de 35 millones de euros de la entidad. Ambrós precisó que desconocía qué guardaban esas bolsas y que imaginó que contenían cosas personales. Se limitó, pues, a cumplir la orden del jefe de recepción del Palau de llevar las bolsas, que "ya estaban preparadas", a un piso.

"Hemos entregado toda la información que nos han pedido, tanto oficial como extraoficialmente. Sólo esperamos que todo esto acabe", dijo Salvador Oller, de la empresa Letter Graphic. Un portavoz de la empresa Hispart, encargada fundamentalmente de montajes audiovisuales, rechazó dar explicaciones. Según declararon a la policía, habían cobrado del Palau por trabajos de buzoneo para la captación de nuevos socios y por la asistencia en el montaje de las salas. Este viernes declararán, precisamente, los responsables de diversas empresas que aparecen en las facturas del Palau.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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