Alarma social
El Tribunal Supremo produce alarma social con sus actuaciones. Yo mismo estoy alarmado, y espero que mi estado no sea un delito. Esa alarma social parece que queda probada con su convocatoria a la prensa internacional (después también a la nacional) para explicarse. Curioso es que el órgano judicial se vea en la necesidad de explicarse ante el mundo y no lo haga ante la nación española, de donde emana su poder para juzgar. La alarma social no se apacigua mandando callar a los alarmados, sino demostrando la impecable actuación de los jueces del Tribunal Supremo que toman parte en las actuaciones. Es posible que todo sea un malentendido. No acuso a nadie de nada, simplemente necesito una exacta explicación de todo lo ocurrido para recuperar mi confianza en el Tribunal Supremo.
Pablo Martínez-Calleja. Lüneburg, Alemania.
No defiendo la impunidad de ningún acusado, inocente siempre hasta que se demuestre su culpabilidad. Todos debemos ser iguales ante la ley. Y esta es la cuestión, la alarma social producida por las actuaciones del Tribunal Supremo exige al alto tribunal explicarse y demostrar su impecable actitud fuera de toda duda ante la nación a quien sirve.-
Tantos años para convencer a Europa y al resto del mundo de que somos un país democrático, con un Estado de derecho con separación de poderes, para obtener la colaboración en la lucha contra el terrorismo de ETA, y ahora, de un plumazo, lo ponemos en cuestión, permitiendo que grupos ultras y fascistas enjuicien al juez que pretende hacer su trabajo investigando los crímenes contra la humanidad cometidos por el franquismo. Aún estamos a tiempo de parar esta aberración, que cuestiona nuestra democracia e impide aplicar la justicia universal, dando así aliento a quienes en el mundo vulneran los derechos humanos.
