Cuestión de fe

Miguel de Unamuno escribió una novela corta titulada San Manuel Bueno, Mártir que se publicó en 1931. En ella narra la vida de un párroco, don Manuel, que ha perdido irremisiblemente la fe en la vida eterna pero lo oculta porque "hay cosas que aunque se las diga uno a sí mismo debe callárselas a los demás". Don Manuel sufre porque está en juego su coherencia: no puede renunciar a su ateísmo pero tampoco a su misión sacerdotal.

Manuel Conthe, en su libro La Paradoja del Bronce, argumenta que estos "dilemas de San Manuel" se producen cuando entra en conflicto el deber íntimo del silencio y el derecho fundamental de la libertad de expresión.

Es este dilema de San Manuel, el que parece atenazar a Mariano Rajoy. El líder de la oposición perdió hace tiempo la fe en los dirigentes de su partido implicados en la trama Gürtel, pero en vez de hacerlo público, y abjurar de esos elementos corruptos, opta por el silencio, otorgando carta de naturaleza a los "dimes y diretes" que están hipotecando sus aspiraciones a la presidencia del Gobierno.

El dilema de Mariano Rajoy radica en que su coherencia no está en la fidelidad a los miembros presuntamente corruptos de su partido, sino en la lealtad a los miles de militantes y millones de votantes que esperan de él una grandeza y una altura de miras dignas de un hombre de Estado.