Obama alerta contra el terrorismo nuclear
La cumbre de Washington propone asegurar el material peligroso en cuatro años
Con una porción de plutonio del tamaño de una manzana una organización terrorista podría matar o herir a decenas de miles de personas en un instante en cualquier lugar del mundo. En estos dramáticos términos expuso ayer Barack Obama el peligro al que la humanidad se enfrenta por la dispersión incontrolada de material atómico y la necesidad, acordada en esta Cumbre sobre Seguridad Nuclear, de actuar urgente y colectivamente para poner esos productos en manos seguras.
"Los países reunidos aquí declaramos que el peligro de terrorismo nuclear es una de las mayores amenazas para la seguridad mundial y decidimos actuar de forma práctica para atajarlo", manifestó el presidente norteamericano en la conferencia de prensa con la que concluyó la conferencia que durante dos días ha reunido en Washington a 47 jefes de Estado y de Gobierno.
La próxima reunión mundial se celebrará en Corea del Sur en 2012
La amenaza es creciente porque, a la existencia de grupos extremistas que, como Al Qaeda, están dispuestos a utilizar las armas más destructivas posibles, se une la proliferación de material nuclear que no siempre está a buen recaudo. Los expertos creen que varias toneladas de plutonio o uranio altamente enriquecido están en riesgo de caer en manos terroristas, especialmente en Pakistán y en las antiguas repúblicas de la Unión Soviética.
"Si consiguen un arma nuclear, con toda seguridad la van a utilizar", afirmó Obama, "y si eso ocurriera, sería una catástrofe para el mundo, una enorme pérdida de vidas humanas y un golpe brutal para la paz internacional".
Esta cumbre, a la que seguirá una segunda en 2012 en Corea del Sur, ha fijado el objetivo de garantizar la seguridad de cada kilo de esos productos en un plazo de cuatro años. Algunos medios especializados consideran que es una meta muy difícil de cumplir porque, en algunos casos, se requieren la construcción de instalaciones o la transferencia física del uranio y del plutonio, todo lo cual requiere tiempo y dinero.
Esta conferencia se ha marcado un plan de acción en dos ámbitos: la actuación de cada país de acuerdo con sus posibilidades y respecto a su propio material y, al mismo tiempo, una actuación concertada a través de la Agencia Internacional de la Energía Atómica. "Nos comprometemos a reforzar la seguridad nuclear y reducir la amenaza del terrorismo nuclear. El éxito depende de la responsabilidad de las naciones y de una cooperación internacional constante y efectiva", afirma el comunicado final de la reunión.
En el ámbito nacional, varios países están dando pasos significativos. EE UU y Rusia anunciaron ayer un acuerdo para dedicar cada uno 34 toneladas de plutonio procedente del armamento atómico a su uso como energía. Ucrania ha puesto en manos de EE UU todo su uranio altamente enriquecido. Chile ha hecho lo mismo. Canadá dejará que su vecino del sur guarde lo que va generando su industria nuclear hasta transformarla en reactores de bajo enriquecimiento. Entre esta fecha y la apertura de la cumbre de Corea, otros países pondrán en orden sus reservas.
En el ámbito internacional, la actuación es más complicada porque se requiere la revisión por técnicos de la ONU de las instalaciones propias. Es el caso de Pakistán, donde su Gobierno asegura que todo el material nuclear está bien protegido, mientras que los expertos alertan de que se trata del arsenal más vulnerable.
Cualquier acción internacional se ve limitada por la negativa de algunos países a la inspección internacional. Son los casos de Irán y Corea del Norte.
Obama ha conseguido un avance notable respecto a Irán en esta cumbre. El aislamiento del régimen islámico del resto de la comunidad internacional se ha hecho clamoroso después de que el presidente chino, Hu Jintao, aceptase el lunes en la reunión con su colega norteamericano trabajar juntos en la redacción de una resolución del Consejo de Seguridad con sanciones contra Teherán. Obama confirmó ayer esa colaboración, aunque advirtió que todavía será difícil obtener un acuerdo sobre los términos exactos de la resolución. Brasil y Turquía siguen renuentes.
Formalmente, el Gobierno chino sigue apostando por el diálogo como el mejor camino para vencer la resistencia iraní al control internacional de su programa nuclear. Pero ahora acepta lo que un funcionario chino describió ayer como "una doble vía", es decir, utilizar las sanciones como estímulo para el diálogo. China se resiste a esas sanciones para no poner en peligro sus fuertes intereses económicos en Irán, su segundo mayor proveedor de petróleo. The New York Times informó ayer de que EE UU se ha comprometido con Pekín a compensarle por cada tonelada de petróleo que pueda perder por las sanciones.
Una de las decisiones remarcables de la cumbre fue la elección de Corea del Sur como sede de la siguiente reunión. Se trata del reconocimiento al liderazgo que ese país ha asumido en el mercado de energía nuclear para usos civiles y, a la vez, de un claro mensaje a Corea del Norte sobre la preocupación de todos por su desarrollo nuclear, probablemente con intenciones militares y de espaldas al control internacional.
El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó su asistencia a la cumbre para reunirse con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, informa Miguel González. Zapatero aseguró que "el futuro de la estabilidad de la UE depende en buena medida de las relaciones con Rusia", que abogó por "fortalecer".
65 años de carrera atómica
- Hiroshima y Nagasaki. La larga carrera de la era de las armas atómicas se inicia durante la II Guerra Mundial cuando EE UU arroja una bomba sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, y, tres días después, sobre Nagasaki. Los muertos son más de 210.000.
- La escalada de la guerra fría. Cuatro años después de Hiroshima, el 23 de septiembre de 1949, la Unión Soviética responde al desafío atómico y realiza su primera explosión nuclear en la estepa de Kazajistán. En 1952, Reino Unido se suma a la carrera, seguido en 1960 por Francia. Mientras tanto, la ONU crea en 1957 el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) para promover el uso pacífico de la energía nuclear.
- Al borde de la guerra. Cuba es donde más cerca se estuvo de un conflicto nuclear. El 15 de octubre de 1962 EE UU descubre que la URSS ha desplegado misiles en territorio cubano. La crisis se resuelve 13 días después cuando la URSS retira las armas a cambio de que EE UU desactive sus misiles desplegados en Turquía.
- Desarme y proliferación. Mientras las antiguas potencias atómicas dan las primeras señales de una desaceleración de la carrera nuclear, China prueba su primera bomba en 1964. Cuatro años después se firma el Tratado de No Proliferación Nuclear, que entra en vigor en 1970. Sólo India, Pakistán, Corea del Norte e Israel no lo han suscrito. India es una potencia nuclear desde 1974; Pakistán, desde 1998. Pyongyang abandona el tratado en 1993 y en 2005 declara que posee armas atómicas.
- La ambigüedad de Israel. Israel está considerado el único país de Oriente Próximo que posee armas nucleares aunque nunca lo ha confirmado ni negado. En septiembre de 2007 bombardea un objetivo en el norte de Siria, supuestamente el germen de un programa nuclear propio apoyado por Corea del Norte. Para Damasco era una base militar en desuso.
- La amenaza terrorista. En 1993 el OIEA comienza a registrar casos de tráfico ilegal de material nuclear y, tras el 11-S, aumenta el temor de que grupos terroristas puedan hacerse con armas nucleares. Entre 1993 y 2008, la agencia de la ONU da cuenta de 15 casos de posesión ilegal de plutonio y uranio.
- El desafío iraní. En diciembre de 2002, fotografías tomadas por satélite revelan la existencia de instalaciones atómicas sobre las que Irán no había informado. Teherán reivindica el derecho a desarrollar su programa, pero el OIEA denuncia en 2005 que el país ha violado "su obligación" de permitir los controles. Entre 2006 y 2008 la ONU ordena a Irán detener su plan y aprueba cinco resoluciones que sancionan a personas y empresas vinculados al programa.
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