Lo que podemos ver
Cómic. El octogenario Shigeru Mizuki es uno de los grandes nombres del manga. A lo largo de su obra ha rescatado la fértil tradición fantasmagórica japonesa. Devolvió al imaginario infantil a los yokai, seres espectrales del bestiario nipón, y reavivó con tal fuerza su recuerdo que pronto los adultos japoneses se volcaron en su obra. Esos peculiares fantasmas protagonizan su serie más conocida, GeGeGe no Kitaro. Acaba de publicarse en España NonNonBa, el personal homenaje que Mizuki rinde a la anciana que despertó su interés por los yokai cuando él era un niño: su vecina NonNonBa. El álbum fue premiado en el Salón Internacional del Cómic de Angoulême en 2007.
La historia transcurre en Sakaiminato, una pequeña localidad costera del suroeste de Japón, en torno a 1931. De aquel turbulento momento histórico apenas hay breves referencias en el relato; Mizuki menciona Manchuria, refleja el espíritu bélico de los niños del pueblo, "todos los días entregados a la guerra"... Pero de todos los fantasmas que irrumpen en el relato, el más poderoso, aunque invisible, es ése: el de la guerra. El único que jamás cita la vieja NonNonBa al protagonista, bautizado en el relato como Shige Muraki. Realidad y fantasía se entremezclan en la infancia del pequeño, de ocho años. Las palabras de NonNonBa -"existe lo que no podemos ver"- se grabarían en él, despertando las dos pasiones fundamentales de su vida: los fantasmas y el dibujo.
Non Non Ba
Shigeru Mizuki
Traducción de Alberto Sakai
Astiberri. Bilbao, 2010
416 páginas. 25 euros
NonNonBa se ha publicado respetando la tradición japonesa, es decir, hay que empezar por lo que para nosotros sería la última página, y avanzar de derecha a izquierda. Así sucede también en árabe, y ya otros álbumes, como La libreta del dibujante, del ilustrador egipcio Mohieddin Ellabbad (Lóguez), han propuesto al lector en español esta aventura visual con un resultado excelente. Así sucedería igualmente con NonNonBa si no hubiese una dificultad añadida: la lectura resulta a menudo confusa, cuando no trabajosa. Los japoneses dibujan, escriben y leen de derecha a izquierda. Nuestra mirada ha de seguir las viñetas en ese sentido y, sin embargo, hemos de leer el texto en castellano, es decir, de izquierda a derecha. Es como si forzáramos a nuestros ojos a moverse en dos sentidos contrarios al mismo tiempo. -
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