Educación privatizará comedores escolares como medida de "ahorro"
Padres y directores dudan del recorte porque las empresas "buscan rentabilidad"
La propuesta de la Xunta para echar el cierre a la cocina de varios comedores escolares de las zonas montañosas de Lugo y Ourense ha caído como un jarro de agua fría sobre los padres y responsables de los centros afectados, que ayer evidenciaron su rechazo unánime a esta medida. Las APA, los profesores, los cocineros y los sindicatos se oponen a los planes de la Consellería de Educación porque, subrayan, supone reemplazar la comida casera de los colegios por un catering privado para alimentar a los 300 niños que a diario se quedan a comer en los centros de educación infantil de Cervantes, Ribeira de Piquín, Ourol, Baltar, O Bolo, Calvos de Randín, San Mamede de Montederramo y Xunqueira de Espadañedo.
El cambio dejará en la calle a 64 cocineros, según los sindicatos
"No se puede comparar la comida casera con el plato industrial"
Según aseguró ayer la Consellería de Educación, los escolares seguirán almorzando en los centros educativos. La diferencia es que el menú que cada día se elabora en los fogones del colegio, correrá por cuenta de empresas privadas que, según la Xunta, serán restaurantes de la zona, aunque tendrán que estar preparados para cumplir los requisitos que la normativa exige a este tipo de servicios. En cualquier caso, las firmas que se hagan con el contrato tendrán que llevar los menús a colegios ubicados en su mayor parte en zonas de montaña de difícil acceso.
Educación defiende que ningún niño se quedará sin comedor y justifica este reajuste en cuestiones económicas. Argumenta que no resulta rentable mantener abierta una cocina y pagar el sueldo de un cocinero para comedores con menos de 30 alumnos. Fuentes del departamento que dirige Jesús Vázquez señalan que esta medida supondrá que "ocho de esos comedores que funcionan con gestión directa y personal propio pasen a la modalidad de catering". Como ejemplo, señalan que hay un centro con tan sólo cinco comensales.
Los sindicatos amplían el número de colegios que se quedarán sin comedor público de los ocho que reconoce la Xunta a un total de 18, nueve en Ourense y otros tantos en Lugo. Todos situados en localidades alejadas y montañosas como Muras, Negreira de Muñiz, Cervantes, Pedrafita do Cebreiro, Ribas de Sil, Vilalba, Beariz, Manzaneda, Monterrei y Muíños. Denuncian que el "reajuste" lleva aparejada la supresión de 64 empleos de cocineros y ayudantes de cocina en las cuatro provincias.
Educación replica que se trata de "revisar los ratios" del personal de cocina, después "de varios años de desfase" a fin de "ahorrar donde la situación lo aconseja y mejorar donde se necesite". Sin embargo, no precisaron cuál será el coste del catering.
Desde el Comité Intercentros (CIG, CC OO, UGT, CSIF y ANPE) temen que este sistema de catering termine por extenderse a todos los comedores escolares privatizando un servicio público. En el CEIP Xunqueira de Espadañedo, en Ourense, hay 13 alumnos de Infantil y Primaria. De lunes a viernes, todos comen "un menú riquísimo, tan bueno como comer en casa", explica la directora, Pura Blanco. Señala que el cocinero "es uno más" y que se preocupa mucho por ofrecer a los niños una alimentación sana y variada "con productos muy frescos y de total confianza". "Tuvimos un niño alérgico a la lactosa y se cuidaba mucho su menú", apunta la directora.
"No se puede comparar la comida casera que les hacen con el plato más industrial que les traiga otra empresa. No sabemos si será equilibrada o si llegará caliente", razona una madre. Forma parte del Consello Escolar del centro, que rechaza de plano la propuesta de la Xunta de privatizar un comedor público con el que los padres estaban más que satisfechos.
El director del CEIP San Clodio (Lugo), Manuel Cao, calcula que cada mes gastan unos 1.200 euros en elaborar el menú para unas 30 personas, entre alumnos y profesores. Cao desconfía de que el sistema de catering que propone la Xunta sea más económico "porque las empresas buscarán la rentabilidad". Cada día, 23 de los 25 alumnos de 3 a 11 años se quedan a comer y aplauden a la cocinera cuando los sorprende con algún postre. Toda la comunidad escolar del San Clodio se movilizó esta semana para remitir un escrito a Educación rechazando el cierre de los comedores públicos. El Ayuntamiento de Ribas de Sil (PSOE) también aprobó una moción con la abstención de la oposición popular. Los sindicatos se concentrarán esta mañana en San Caetano antes de reunirse con Educación para discutir una propuesta "que perjudica a los niños y a los trabajadores".
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