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Reportaje:

Lugares de trabajo para convivir

Nuevas instalaciones reúnen bajo un mismo techo a profesionales de distintos ámbitos con proyectos individuales que interactúan

Si el taylorismo de la era industrial convirtió al trabajador en una máquina más sometida a la dictadura de una productividad cronometrada, los tiempos de Internet reclaman otros sistemas de organización. Impulsados por profesionales de ámbitos creativos, empiezan a proliferar espacios de trabajo compartido inspirados en la flexibilidad y en la obtención de sinergias. En Madrid, Studio Banana, Hub Madrid y Loft-to-Work son algunos ejemplos de una tendencia que, además, se ha convertido en una receta para capear tiempos de crisis.

A 15 metros escasos del CaixaForum, José María Churtichaga, vicedecano de la Escuela de Arquitectura de la IE University, ha lavado la cara al antiguo garaje que ahora es sede de Hub Madrid. Es la última incorporación a la red de Hubs que, a imagen del creado en Londres por Jonathan Robinson, se han establecido en una veintena de ciudades de todo el mundo, desde Ámsterdam a Bombay o Toronto. Los miembros de Hub Madrid pueden usar las instalaciones del espacio con un coste que varía en función del número de horas al mes que se elija. "Pero no es sólo un lugar físico en el que compartir infraestructura espacial y tecnológica", dice Churtichaga, un miembro que ha elegido trabajar dos tardes por semana en Hub Madrid. "El valor añadido que da trabajar aquí es la interdisciplinariedad de la gente. ¿Qué buscamos? Personas que trabajen con un compromiso social, con una cultura de compromiso con la sociedad. Queremos que esto sea un vivero de empresas nuevas, de las empresas del mañana".

El perfil de los miembros de Hub Madrid es, sobre todo, creativo
"Buscamos gente que trabaje con un compromiso social", dice un arquitecto
En Loft-to-work se fomenta el intercambio de ideas y talento
Studio Banana ofrece charlas, debates y proyecciones de cine
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De la oficina al centro de trabajo multidisciplinar

El perfil de los miembros de Hub Madrid es, sobre todo, creativo. O de creatividad aplicada. Hay paisajistas, consultores de comunicación, fotógrafos, diseñadores gráficos... Cada uno trabaja en sus proyectos, pero puede surgir la colaboración: "Se viene para interactuar, para chocar con la gente que trabaja aquí". La actividad de Hub Madrid se completa con un programa de actividades, presentaciones, seminarios y cursos.

Si los miembros de esta instalación tienen que comulgar con un ideario de responsabilidad social corporativa, en Studio Banana prefieren hablar de "contaminación intelectual". Este espacio, fundado en Tetuán por los arquitectos Key Portilla-Kawamura y Ali Ganjavian, ha ido creciendo "de forma orgánica", en palabras del primero. Hoy cuenta con 40 profesionales de ámbitos creativos: hay arquitectos, diseñadores gráficos, una productora audiovisual y especialistas en efectos especiales, entre otros. "Studio Banana es la primera plataforma de creación multidisciplinar de Madrid", explica Portilla-Kawamura. "Se trataba de construir un edificio de práctica colaborativa. Fuimos creciendo a base de confianza porque no queremos hacernos la competencia, sino diversificar. Entendemos que un proyecto de creación contemporánea es como un prisma que permite afrontarlo desde distintas visiones", añade. Y no sólo disciplinares, sino culturales, porque en Studio Banana hay pasaportes de España, Bélgica, Holanda, Colombia, Argentina, Suiza, Japón, Irán y Jordania.

En este caso, cada miembro desarrolla su propio trabajo, pero es condición sine qua non la disposición para colaborar en proyectos comunes. "Si alguien busca una oficina, pagar el alquiler y ya, éste no es el lugar adecuado. Queremos gente que participe de una forma de entender su profesión más abierta, como una esponja", aclara Portilla-Kawamura. De ese sentido de comunidad han surgido proyectos paralelos, como Studio Banana Asociación Cultural, que gestiona el programa de actividades que se celebran cada dos semanas. La escalera que da entrada al espacio se convierte entonces en un improvisado graderío abierto al público que desee asistir a charlas, debates, proyecciones de cine: "No se trata de mostrar lo que hacemos nosotros, sino, al contrario, que gente de fuera venga a enseñar su trabajo". Por aquí han pasado los arquitectos Emilio Tuñón, Luis Mansilla o Juan Herreros, artistas como Daniel Canogar o Pablo Valbuena y diseñadores de moda como El Último Grito. Además, Studio Banana TV ofrece una revista online con entrevistas de arquitectura, diseño o moda y producciones propias, como el documental que actualmente realizan sobre la construcción del Centro Internacional de Convenciones de la Comunidad de Madrid (CICCM), un proyecto de Tuñón y Mansilla.

Al lado del Teatro Circo Price, Iván Lográ, diseñador de identidad corporativa, y Diana Díaz Montón, traductora de videojuegos, pusieron en marcha a finales de 2008 Loft-to-Work, un espacio de coworking (cotrabajo). "Es un nuevo concepto que reúne a profesionales independientes en un espacio compartido de trabajo donde se fomenta la colaboración y el intercambio de ideas y talento", reza la definición elaborada por todos los miembros de este espacio, en el que conviven programadores de Internet, ilustradores, consultores de marketing y hasta una monologuista de actos corporativos que acaba de lanzar una empresa de audiolibros. A diferencia de Studio Banana, no es necesario ningún compromiso común: "Más que proyectos conjuntos, surgen colaboraciones entre nosotros", señala Lográ. "Y nos hemos dado cuenta de que hacemos de conectores entre gente, como si fuéramos una agencia". Una ventaja añadida al ahorro que supone trabajar en espacios compartidos, una solución que a muchos autónomos está ayudando a capear el temporal de la crisis: "Hemos notado, después del verano, interés de personas que o bien han perdido su trabajo o quieren dar un giro a su vida. No es lo mismo empezar un proyecto en casa que hacerlo en un sitio donde hay gente que ha podido pasar por esa situación", dice Díaz Montón.

Arriba, el antiguo garaje que es sede de Hub Madrid.
Arriba, el antiguo garaje que es sede de Hub Madrid.SAMUEL SÁNCHEZ

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