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Matadero se reconstruye con luz

Pablo Valbuena fusiona arte y arquitectura en una videoinstalación

Los habituales del Matadero conocen la sala como La mezquita. Por el bosque de columnas que parte la antigua cámara frigorífica de la mayor superficie cultural de Madrid, y que evoca remotamente al gran monumento cordobés. Este espacio -bautizado como Abierto x Obras- ha sido tomado por Pablo Valbuena (Madrid, 1978), que hoy inaugura su videoinstalación Quadratura (en exposición hasta el 9 de mayo). "Es un término usado en el Barroco para referirse a las ilusiones ópticas que, mediante la pintura, creaban extensiones arquitectónicas", explica en vísperas de la apertura al público del espacio. En lugar de pintura, Valbuena utiliza el vídeo para proyectar trampantojos de luz sobre la estructura de la sala, completamente a oscuras. "Se trata de una construcción del espacio a través de la percepción. No uso materia física, sino cómo se transforma el espacio dentro de la cabeza del espectador, que se cuestiona si es como lo ve, cuántas líneas de pilares son reales y cuántas no...". Durante 10 minutos, seis proyectores sincronizados dibujan varias estructuras arquitectónicas completamente distintas. En lugar de una pantalla plana, Valbuena ha usado el propio espacio como una pantalla tridimensional: "Uso la luz como material. Me interesa la idea de que la sala está vacía y con luz puedo generar una pieza que no es matérica".

Durante 10 minutos, seis proyectores dibujan estructuras distintas

Valbuena se formó como arquitecto en la ETSAM, pero desde muy temprano se acercó a ámbitos tangentes con el arte. Recién licenciado trabajó en Holanda en el diseño de videojuegos y entornos virtuales. "Me empezó a interesar cada vez más la investigación pura y dura ligada a la percepción del espacio y el tiempo", dice. Su regreso a España en 2007 marcó el comienzo de su exploración en la creación digital y con nuevos medios. Desde entonces ha realizado varios proyectos de arte público en Singapur, Canadá, Francia, Holanda y España, y su trabajo se ha podido ver en citas artísticas como la Bienal de Seúl o Ars Elctronica, el festival de arte digital de Linz. Quadratura, asegura, ha marcado un giro en el tipo de piezas que venía realizando "porque es el propio sitio el que ha dictado cómo tenía que ser la instalación".

Hoy se considera más artista que arquitecto porque su exploración no es funcional. El trabajo de Valbuena es una referencia en el arte digital actual, aunque él resta importancia a la forma en que se materializan sus proyectos: "No me interesa tanto el medio en sí como tener ideas y usar el medio que sea más adecuado en cada caso. Si alguna vez me interesa usar el dibujo, lo haré. Lo importante es tener un desarrollo de concepto tras la pieza y usar el medio más apropiado, sean nuevos o una talla en piedra", explica. Aunque reconoce que el vídeo, el cine y los nuevos medios permiten explorar una relación del tiempo y del espacio de una forma "más contemporánea": "Sería más difícil transmitirlo con una escultura en piedra".

La agenda de Valbuena rebosa ya compromisos para después del verano. De momento, prepara una exposición de pequeños estudios en vídeo que se mostrarán en una galería madrileña, al tiempo que trabaja en varios proyectos de arte público encargados desde Bélgica, Francia y Brasil: "Hay mucho interés en trabajar en espacios públicos con instalaciones efímeras. Son piezas que físicamente no tocan los elementos arquitectónicos, y eso me permite hacer cosas que no podría hacer de otra manera".

El artista Pablo Valbuena, ante la instalación que inaugura hoy en Matadero.
El artista Pablo Valbuena, ante la instalación que inaugura hoy en Matadero.ÁLVARO GARCÍA

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