"Esto es una guerra"

Están desesperados y muy asustados. Los atuneros españoles que faenan en el Índico volvieron a enfrentarse ayer a tiros a dos grupos de piratas que pretendían secuestrarles. Esta vez su objetivo eran dos embarcaciones auxiliares, Tarasca y Ortube Berria, más pequeñas, más lentas y más vulnerables que los buques atuneros, pero armadas también con vigilantes privados y ametralladoras. "Esto es una guerra. Es horroroso. Ya no sabemos qué hacer", lamentaba ayer, en conversación con EL PAÍS, el presidente de Albacora, Ignacio Lachaga, propietario de los barcos atacados. "No dormimos. Estamos permanentemente pendientes del teléfono. Los ataques son constantes y la gente está muy asustada".

El intento de secuestro se produjo a primera hora de la tarde, cuando los dos barcos regresaban juntos, por seguridad, al puerto Victoria, en Seychelles. Albacora se está planteando retirar algunas embarcaciones del caladero precisamente por el acoso de los piratas, que ahora, con el fin del monzón de invierno, atacan a diario tras meses obligados a permanecer en sus guaridas por el mal tiempo.

Los vigilantes privados están "en alerta permanente, no descansan", relata Lachaga, pero parecen no intimidar a los piratas, que sólo desisten tras intensos tiroteos como el de ayer. Y lo peor está aún por venir, porque la temporada alta de caza para los piratas arranca en abril. "Nosotros ya hemos sufrido siete u ocho ataques", recuerda el presidente del Grupo Albacora. "No podemos irnos a otro sitio. El Atlántico ya está sobreexplotado porque cuando todo esto empezó algunos barcos se desplazaron allí. Para nosotros, es pescar aquí o dejar de pescar".

La presión sobre los piratas también es mayor. La fuerza naval europea de lucha contra la piratería (Eunavfor) ha capturado en las últimas dos semanas a 12 grupos, entre ellos los sospechosos de atacar al Txori Argi y al Intertuna II. Estos últimos han sido entregados a las autoridades de Seychelles para ser juzgados.

Pero proteger a los barcos que cruzan el Índico, equivalente a tres veces el Mediterráneo, sigue siendo imposible. Por eso la misión Atalanta estrena nueva estrategia. El patrullero español Vencedora llegará próximamente a la zona para bloquear los puertos de los que salen los piratas. Y la UE formará y pagará a somalíes para convertirles en guardas costeros.