Feijóo anuncia un plan contra la crisis sin concretar ninguna medida

El hombre que reconquistó Galicia para la derecha aseguró ayer en el Parlamento que el suyo es un Gobierno "de hormigas, no de cigarras". Que en vez de dedicarse "sólo a cantar", él y sus conselleiros "trabajan sin fachenda y comparten la verdad". En su primer debate del estado de la Autonomía como presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijó, entonó, sin embargo, un canto de futuro. Casi un año después de tomar posesión, anunció 100 medidas contra la crisis económica. No las concretó. Sólo afirmó que se regirán por los principios de "austeridad, liderazgo, confianza, estrategia territorial y cooperación con los agentes sociales e instituciones". Y, en lo que calificó como "una nueva forma de actuar", cada euro se justificará por su "utilidad y efectividad".

En un frío duelo con la oposición, Feijóo presumió sobre todo del futuro

El líder del PP bautizó su política como "galleguismo del siglo XXI"

En un frío duelo con la oposición, que lo acusó de "inacción" y "falta de ideas e iniciativas", Feijóo presumió, sobre todo, del futuro. Del concurso eólico que convocará en un mes, de la visita del Papa en noviembre, del pacto por el territorio que negocia con el PSdeG, del plan de transporte que tendrán todas las ciudades antes de diciembre o de las nuevas 11 leyes que pretende aprobar. De los meses que lleva en San Caetano, destacó la austeridad -"redujimos una media de un 28% los gastos de funcionamiento" de la Administración-, en la que no incluyó otra de las medidas de las que se siente orgulloso: la supresión de la gratuidad total de los libros de texto y su sustitución por un sistema de ayudas "más útil", que sólo llega a una parte del alumnado pero que, según Feijóo, mejora la "accesibilidad" al sistema educativo.

El presidente no olvida los asuntos que explotó en su carrera electoral hacia el cargo. Pero, con los hechos, las palabras han cambiado. De su discurso ha desaparecido la libertad total de elección de la lengua escolar, ese "derecho" que el PP le reconoció a los padres en campaña y que ahora es "consulta" y "participación". El recién presentado anteproyecto del "plurilingüismo" en las aulas , dice Feijóo, promociona la "dinamización" del gallego en la escuela.

Con un pin de la bandera de Galicia en la solapa, el líder del PP bautizó su política en la Xunta como un "galleguismo del siglo XXI". Y provocó, como seguro esperaba, la indignación de socialistas y nacionalistas. "Usted podrá llegar a ser, o es, un buen gallego, pero nunca será un galleguista", le respondió el líder del PSdeG, Pachi Vázquez. "Es una lástima que el presidente de Galicia tenga como único logro de su primer año de gobierno dar marcha atrás a la protección de la lengua de Galicia", lamentó el portavoz del BNG, Carlos Aymerich.

Para Feijóo, lo del "galleguismo del siglo XXI" es una cuestión financiera. El presidente de la Xunta sacó ahí su lucha por fusionar Caixa Galicia y Caixanova y anunció que ya sólo acepta a Zapatero como interlocutor en el conflicto por el bloqueo de la ley con la que pretendía desalojar de la entidad viguesa a los opositores a la integración. Y se dirigió al portavoz socialista que, minutos antes, le pedía diálogo con Caixanova para convencer a sus directivos de las bondades de la fusión: "Creo, como usted, que la fusión puede ser posible. Si quiere unirse al acuerdo, bienvenido sea".

Sus afinidades con el BNG en la fusión de las cajas explican las palabras amables que Feijóo le dedicó al portavoz de los nacionalistas, después de que éste le echase en cara sus "fracasos" en las negociaciones con el Gobierno central, la "privatización" de hospitales y centros de salud o su nueva convocatoria del concurso eólico "para agradar a sus amigos y patrocinadores". "Con acuerdos o sin acuerdos", Feijóo alabó la oposición "util" del Bloque y le prometió "lealtad". Aymerich no correspondió al guiño del presidente: "Es usted una persona que se dedica a dividir".

En el fuego cruzado pero no intenso entre Feijóo y la oposición lograron colarse propuestas de pacto. El líder del PP le ofreció a PSOE y BNG tres acuerdos sobre el territorio, el envejecimiento de la población y las cajas. El portavoz de los socialistas le aceptó con matices los dos primeros y le brindó otro por el empleo. Tampoco la respuesta de Feijóo despejó el futuro.