¿Adónde llevan estos vestigios?

Una retroexcavadora de gran tamaño faena desde ayer en el lienzo de muro de la cerca de Felipe IV abatido sobre la llamada cuesta de las Descargas de la Cornisa de Las Vistillas debido al mal tiempo. Su función consiste en retirar las hiladas de ladrillo y pedernal que componen la muralla edificada en el perímetro de Las Vistillas en el siglo XVII y depositarlas en camiones que se las llevan con destino desconocido. "Éstas van a la escombrera", dice un vecino del parque de la Cornisa, tras el jardín del Seminario Conciliar, por donde se despliega la cerca, de unos 200 metros de longitud por entre cuatro y cinco metros de altura. En el seminario desconocen de quién es la iniciativa de retirar las piedras históricas. Desde la concejalía de Las Artes dicen que tal decisión "corresponde al Arzobispado", mientras recuerda que las competencias arqueológicas pertenecen al Gobierno regional. Un portavoz de la Comunidad informó anoche que no ha autorizado ningún movimiento de los vestigios históricos de la cerca y que recientemente notificó al ayuntamiento y al arzobispado que cualquier trabajo le debía ser previamente anunciado, cosa que negó que hubiera sucedido.Éste era ayer el panorama de uno de los escasos vestigios que permanecían hasta ahora en pie en Madrid desde 1629.

"Hemos pedido al Gobierno regional que proteja la muralla, pero desde nuestra última comunicación, el pasado mes de junio, no hemos recibido respuesta", dice María Ruiz de Gauna, dirigente de la Asociación de Vecinos de La Cornisa. Un lienzo de esta cerca se descubrió el pasado verano durante las obras del estacionamiento subterráneo del arranque de la calle de Serrano. Otro lienzo, de hasta cinco metros de altura, permanece aún en pie junto a la Puerta de Toledo. Sobre la zona de la cerca ahora afectada por el derrumbamiento el Arzobispado se propone edificar la sede madrileña de la curia arzobispal. El proyecto ha sido muy criticado por instituciones vecinales y ciudadanas.