Diario de una usuaria
Es una autovía desgastada, con vocación de pista de patinaje, badenes y curvas dignas del más enrevesado scalextric. Un trazado que cuesta vidas a quienes van a trabajar, de excursión o regresan a casa. Pese al enorme incremento del tráfico desde su construcción a finales del franquismo sólo ha registrado algunas mejoras, como un carril bici separado tras unos cuantos atropellos mortales de deportistas.
Como muchos residentes en las coronas metropolitanas, hay ribereños de la M-607 que se levantan pendientes de la información de tráfico. La de las 7.25 de este viernes omitía esta carretera. ¿Buena señal? Quizá. O es que en el parte radiofónico se olvidaron de esta vía que depende de la Comunidad de Madrid. Ocurre con frecuencia.
Despunta el alba y los accesos a la autovía son un reguero de luces. Dos carriles bacheados y deslizantes con curvas peligrosas rumbo a Madrid. Por si fuera poco, tiene algún acceso sin carril de aceleración, como el que sale a un vivero. Menos mal que hoy no llueve (el desgastado asfalto apenas drena) y tampoco hay niebla. Kilómetro 24, Tres Cantos. La vía gana un tercer carril. Lo conservará durante 10 kilómetros, hasta el cruce con la M-40.
7.55. La información radiofónica de la DGT ya señala retenciones en Colmenar. También para acceder a Tres Cantos desde Madrid. Las entradas no dan abasto. Es una de las maldiciones de la M-607. Esta mañana, como otras muchas, hay decenas de conductores con medio coche en el carril derecho y el otro medio pegado al muro de hormigón de un arcén, tan estrecho que sólo caben las motos. Sufren el atasco para salir hacia Alcobendas y la Universidad Autónoma. El mismo problema que tendrán, más adelante, quienes giren hacia Tres Olivos.
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