Tras el apagón, luz digital

"Me levanto, salgo a comprar y después de comer me siento a ver la televisión toda la tarde". Ángeles Bermúdez tiene 82 años, vive sola -desde que su marido falleció, en 2004- en el barrio de Bellvitge de L'Hospitalet de Llobregat y ve más de 10 horas diarias de televisión. "Ahora me acuesto antes, pero cuando Sardà tenía su programa

[Crónicas marcianas], me daban las tantas", asegura. "Tengo dos televisores, uno lo compró mi marido para ver el mundial de España en 1982. Se ve estupendamente, pero lo tendré que tirar porque no se puede adaptar. Al otro, ya le he puesto el aparato. Ya estoy tranquila", asegura.

Como Ángeles, los catalanes se han ido preparando, comprando nuevos televisores o descodificadores, para seguir viendo la televisión a partir del día 31 de marzo, cuando la televisión analógica, que ha acompañado a millones de personas durante décadas, pase a ser historia. Hasta ese día los centros emisores de proximidad de Lleida, Girona y Barcelona de la tercera fase del Plan Nacional de Transición hacia la televisión digital terrestre (TDT) irán dejando de emitir, una medida que afectará a 170 municipios y 4,3 millones de personas.

Las ventas de televisores aumentaron en 2009 más del 20%

"Hace tres años parecía imposible". Ferran Amargo, decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Telecomunicaciones de Cataluña, explica que en esa fecha "se hablaba de apagón y no de encendido, el conocimiento de la nueva tele era casi nulo y sólo estaban preparadas el 40% de las antenas". Ahora, el panorama ha cambiado. Según reflejan los datos publicados en el último informe de Impulsatdt, la sociedad encargada de promover la TDT, el conocimiento de la nueva tele, el acceso a los canales digitales y el índice de hogares que han adaptado sus antenas superan el 91%.

Este conocimiento se ha visto reflejado en ventas. Según datos publicados por la consultora Nielsen, si bien las ventas de electrodomésticos descendieron en 2009 un 7,5% en España, las de aparatos de gama marrón -imagen y sonido- aumentaron un 12,6% ese periodo. Las mayores ventas fueron de descodificadores de TDT y televisores, que crecieron un 86,4% y un 20,5% respectivamente. En concreto, en diciembre se vendieron en Cataluña 135.000 televisores y 70.900 descodificadores externos (571.240 y 566.000 en España, respectivamente), ayudados por la bajada de precios de un 14% durante este mes.

Lo sabe Manu, uno de los empleados de la tienda FNAC de la plaza de Catalunya de Barcelona. "Se han vendido muchos aparatos en el último mes, porque la gente lo deja todo para el final", dice este vendedor mientras atiende a un anciano que pregunta por un aparato para su televisor. "La gente va muy perdida. La mayoría utilizan lo de burro grande ande o no ande, y es el vendedor el que ha de orientar en tamaño y en calidad". Según explica, en su tienda lo que más se vende son televisores de 50 pulgadas, "porque están bien de precio". Por su parte, Antonio Fernández, encargado de la sección de televisores de El Corte Inglés situado en la misma plaza, señala que "las ventas han aumentado entre un 30% y un 40%, siendo las más vendidos los aparatos de 32 pulgadas, que cuestan entre 399 y 799 euros". Los dos aseguran que en sus centros hace años que no se venden aparatos analógicos, pese a que, según Nielsen, en 2009 se vendieron 91.000 que pronto quedarán obsoletos. "Serán remesas antiguas que se venden en pequeños comercios", opina Manu.

Daniel Isús, director comercial de Engel AXIL, empresa dedicada a fabricar descodificadores, afirma: "Los fabricantes hemos hecho un gran esfuerzo para llegar a tiempo a esta fecha". Sin embargo, asegura que no se sabe lo que pasará con los segundos televisores -en España hay una media de 2,8 aparatos por hogar- ni con los que hay en las segundas residencias. "Veremos qué pasa en Semana Santa", advierte. Isús añade: "Con la TDT se abre un universo de posibilidades enormes: la alta definición está a la vuelta de la esquina, llegará el 3D y se verá Internet por televisión. El 31 de marzo no es el final, en un punto de partida en el que la tele acabará convertida en el centro de ocio de nuestro hogar".