Emakunde critica que la sociedad se ha acostumbrado al paro femenino

"La sociedad está preparada para soportar el desempleo de las mujeres y quiebra con el desempleo de los hombres". La directora del Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde, María Silvestre, alertó ayer de que los datos del desempleo, con tasas de paro masculino mayores, han creado un "falso estereotipo" sobre la influencia de la crisis en las mujeres. Silvestre presentó ayer en el Parlamento el informe sobre la situación de las mujeres en Euskadi en 2008 y la memoria del cuarto Plan de Acción Positiva para las Mujeres. La presentación coincidió con las decenas de actos que se desarrollaron a lo largo de la jornada para celebrar el Día Internacional de la Mujer.

Aunque el desempleo ha aumentado más entre los hombres, las mujeres están apuntando hacia la precariedad laboral y los trabajos sin contrato, explicó Silvestre. La directora recordó que en 2006 la diferencia media de salarios entre ambos sexos para piestos similares se situaba en 7.366 euros anuales, que en el sector servicios ascienden a 8.196.

El paro masculino no ha hecho crecer la participación del hombre en el hogar

Emakunde relaciona esta brecha salarial con las reducciones de jornada y las excedencias que toman las mujeres, pero también al tipo de puestos a los que acceden. En su mayoría son trabajos feminizados, nueve de cada diez del sector servicios, con una peor remuneración y menor prestigio social, según sus argumentos. Por ello, se mostró a favor de horarios laborales más restringidos, porque la productividad que se genera en ellos hace que sea "rentable económicamente".

El aumento de la brecha salarial también se origina en la corresponsabilidad entre mujeres y hombres, que "está muy lejos de alcanzarse", porque las medidas de discriminación positiva hacia los varones para que se impliquen más en el ámbito doméstico no se han traducido en más horas dedicadas por los hombres al hogar y cuidar los hijos.

Las políticas de conciliación generan, según Silvestre, "efectos perversos", como el aumento de la brecha salarial, porque a día de hoy siguen siendo las mujeres las que se vuelcan con su familia pidiendo excedencias o reducciones de jornada. "El discurso general respecto a la evolución de la responsabilidad en el trabajo doméstico es que cada vez los hombres se implican más en estas tareas, pero la incorporación está resultando muy lenta", aclaró. Además, el crecimiento de hombres en paro "sigue sin incrementar de forma significativa" sus horas de dedicación al ámbito doméstico.

Estas realidades están empujando medidas como la que la pasada semana anunció la portavoz del Gobierno, Idoia Mendia: la cuantía de las ayudas del Departamento de Asuntos Sociales en materia de excedencias se igualarán y las mujeres pasarán a cobrar lo mismo que los hombres: 3.000 euros en un único pago frente a los 2.400 actuales.

En el sector público, Silvestre reconoció que, a tenor de los resultados de la memoria del cuarto Plan para la Igualdad de Mujeres y Hombres, las tres administraciones públicas trabajan por la igualdad, pero sus iniciativas se estancaron en 2008 -en 2007 aumentaron un 46%-. La memoria del cuarto plan destaca que tienen "escasa presencia" las actividades para potenciar la corresponsabilidad y la conciliación, que se redujeron a un 6% del total en 2008. Silvestre añadió que el 75% de los recursos se han dirigido a implementar el plan, mientras que las acciones concretas han quedado relegadas a un segundo plano. Por ello, adelantó que el quinto Plan que se está elaborando en estos momentos tratará de poner el acento en las actividades.

Con el informe de cifras, Emakunde esbozó los trazos de la mujer actual de Euskadi, una persona con una esperanza de vida de 84,3 años que se convierte en madre a los 32,2 años -la edad más elevada en España y en Europa, recalcó-. Las féminas son el 77% del alumnado de Bachillerato, pero están lejos de la élite económica y tienen una tasa de riesgo de pobreza del 47% frente el 11% de los varones. El informe demuestra que la igualdad avanza lentamente, pero de forma constante y que materias como el trabajo y la conciliación son la asignatura pendiente.