"Oí gritos y una ola se coló en el barco"
Dos turistas mueren y 20 resultan heridos en un crucero azotado por la tempestad frente a Girona - Los fallecidos hacían fotos desde la quinta planta
Los pasajeros del crucero Louis Majesty deambulaban ayer por los alrededores del puerto y la Rambla, todavía impresionados por la brutalidad del oleaje que azotó el crucero el miércoles al frente de Cabo Begur (Girona), cuando se dirigía a Génova. Una ola de unos ocho metros de altura impactó contra la vidriera de un salón de la quinta planta. Tras reventar el cristal, mató a dos pasajeros (de nacionalidad italiana y alemana) e hirió a 20 más, dos de ellos de gravedad. Aunque estaba previsto que el barco continuara su viaje, la dirección del crucero decidió ayer enviar a los 1.350 pasajeros a sus países de origen por vía terrestre y aérea.
Ervico Curtis, un turista italiano, todavía no puede quitarse de la cabeza la imagen de una mujer gritando "Giuseppe" [el nombre de su marido], que se había acercado al ventanal para fotografiar las olas. El agua entró y se lo llevó por delante. "Fue trágico", recuerda Curtis: "Escuché gritos, llantos, y de repente una ola se coló en el barco". La mujer y su hijo encontraron después a Giuseppe Neri, natural de Génova, atrapado entre escombros. "Los cristales de la ventana se le cayeron encima mientras fotografiaba las olas, el cadáver estaba completamente desfigurado", recuerda Curtis. Aun no se conoce la identidad del otro fallecido, pero fuentes del consulado alemán aseguran que era de Westfalia del Norte.
El personal del barco citaba a los pasajeros cada media hora para informarles del estado del temporal y a las 15.30, la hora de la tragedia, era el turno de los eslovenos. Ellos fueron los peor parados. Los heridos más graves eran de ese grupo. Según fuentes sanitarias, M. S, una mujer de 64 años, se encuentra ingresada con pronóstico muy grave en la UCI del Hospital Vall d'Hebrón. J. S., de 59 años, está en el Hospital del Mar con la escápula y varias vértebras fracturadas.
Las plantas inferiores del crucero se inundaron, aunque muchos viajeros que estaban cerca de la popa no se enteraron del incidente hasta que el capitán lo comunicó por la megafonía. "Dormía la siesta y salí corriendo cuando vi que empezaba a entrar agua en el camarote", contó Gerard Blondin, un turista que ganó el viaje en un concurso de un periódico de Lyon. El barco, de bandera maltesa, fue construido en 1992 y tiene 207 metros de eslora. En él también viajaban 580 tripulantes. Tiene un certificado de seguridad vigente hasta 2016, según los registros navales.
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