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Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
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El Metro

Cuando Oriol volvió del secuestro dijo, más o menos: «He tenido ocasión de conversar con mis secuestradores sobre esa doctrina marxista de la que habíamos oído hablar.»Claro, del marxismo han hablado de oídas, y a lo mejor por eso son tan frenéticamente antimarxistas. Viene a verme Raúl Guerra Garrido, ganador del último Nadal por una novela titulada Lectura insólita de El Capital:

-Un industrial vasco lee El Capital durante su secuestro por unos extremistas de izquierdas -me cuenta.

O sea que, en la realidad, y en el Nadal, nuestros oligarcas están descubriendo tarde a Carlos Marx. Mecachis, a lo mejor si lo hubieran leído a tiempo no se habían inventado eso del sindicato vertical, que luego ha terminado a tiros. Dicen que un filósofo ateo dijo al morir:

-Tarde me habéis dado a San Agustín.

Bueno, pues que no les pase lo mismo a nuestros ricos con Marx. No se lo vayan a servir con el viático y tengan que arrepentirse a última hora de haber sido siempre tan de derechas. Afortunadamente, a don Juan de Arespacochaga ya no le va a pasar eso. Ha estado en Moscú y ha descubierto el Metro, Pegarse un viaje por el Metro de Moscú no es como pegarse un viaje por El Capital, pero tampoco le vas a pedir mayor esfuerzo intelectual a un alcalde. Los rusos, que están en todo, hicieron el bizantino Metro de Moscú precisamenta por eso. Sabedores de que no todo el mundo está en condiciones de leer El Capital y entenderlo, construyeron un Metro dialéctico y majestuoso, en mármol y bronce, que es como El Capital con ruedas. Una lección de socialismo por un rublo, para analfabetos, iletrados, renuentes y alcaldes invitados.

-El Metro de Madrid se inspirará en el de Moscú- parece que ha dicho Arespacochaga a la vuelta, al encontrarse con los problemas de desprivatización y desodorización que sufre nuestro entrañable y ya provinciano Metro.

Pero hombre, don Juan, tampoco es eso, que van ustedes como locos. A ver si ahora se nos van a volver rojos todos los prohombres. Cuando hay ya un eurocomunismo intelectual que se perfila frente a Moscú, cuando la izquierda festiva de Bocaccio y la nueva izquierda de California empieza ya a estar de vuelta, resulta que ustedes, los viejos burgueses españoles, empiezan a leer El Capital y a viajar en el Metro de Moscú, que ha sido el gran armatoste propagandístico de los soviéticos durante muchos años. Lo de ustedes, como siempre, es que no se aclaran, que no leen, que no se enteran. A ver si ahora que toda la nueva izquierda española se va haciendo antimoscovita y firmante de la Carta 77, van ustedes a descubrir el discreto encanto de la burguesía comunista. No te digo lo que hay. Lo de ustedes es que no es normal.

La otra noche, ya de madrugada, en un restaurante cerrado, Modesto Cuixart me hizo un dibujo y yo le hice un poema. Luego agarramos y nos bailamos un vals decadente en memoria de don José María de Areilza, que está vivo y de cuerpo presente político.

-¿Qué es eso de la derecha civilizada? -me dice Cuixart.

Yo creo que la derecha civilizada española empieza y termina en Areilza como la manoletina empezaba y terminaba en Manolete. No hay aquí una derecha civilizada. pero ahora que incluso los más díscolos estamos descubriendo el vals, la manoletina y a Areilza, ahora que vamos estando de vuelta, resulta que nuestros viejos próceres franquistas, intelectualmente renqueantes, descubren con fervor El Capital y el Metro de Moscú.

Es el error por elevación, como siempre. O sea, que Arespacochaga se ha pasado. Tenemos un Metro lóbrego, peligroso e insuficiente. Bueno, pues en vez de adecentarlo un poco, que sería lo práctico, parece que se piensa en repetir el Metro de Moscú, faraonizante y propagandístico. El posfranquismo está descubriendo a Marx. Va a haber que hacerse de Camuñas.

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