Jorge Cervos,

español, catedrático de neuropatología y vicepresidente de la Universidad Libre de Berlín, ha declarado que en un futuro «los dolores de cabeza podrán ser totalmente curados gracias al descubrimiento de unos pequeños nervios que permiten la autorregulación del flujo sanguíneo cerebral». Los científicos han comprobado que la cantidad de sangre que riega el cerebro es constante e independiente de los cambios de la presión sanguínea general. En contra de lo que se creía, se ha visto que poseemos esos diminutivos nervios que permiten regularla.