El fundador de Fastweb se entrega a la justicia italiana
"Hablamos en unos días, aclaro todo, vuelvo y seguimos con los nuevos proyectos". Eso ha dicho a sus colaboradores en Babelgum, una empresa de servicios de Internet, Silvio Scaglia, uno de los presuntos cerebros de la megaestafa de 2.200 millones de euros destapada por la Fiscalía Antimafia italiana. Scaglia es el fundador de Fastweb, la compañía de banda ancha que dirigió hasta que en 2007 vendió sus acciones a Swisscom, operación que le convirtió en la decimotercera fortuna de Italia. La noche del jueves, Scaglia voló en su avión privado desde las Antillas hasta Ciampino, el segundo aeropuerto de Roma. La Guardia de Finanzas le esperaba en la escalerilla y lo condujo por la puerta de atrás hasta la cárcel de Rebibbia.
Scaglia es el imputado más conocido de un caso que los jueces han definido como "el mayor fraude" de la historia italiana y un supuesto miembro de "una de las bandas más peligrosas jamás descubierta". El triunfador de la new economy italiana ha negado a través de su abogado Gildo Ursini haber cometido cualquier operación ilícita durante su gestión en Fastweb, una empresa que tiene 1,6 millones de clientes en Italia y 3.500 empleados.
Pero según los magistrados que han instruido el sumario, en el que hay 80 personas investigadas y 56 detenidos, Scaglia formaba parte de una enorme red trasnacional que, vendiéndose a sí misma mediante empresas ficticias servicios telefónicos inexistentes, generó ingentes cantidades de dinero negro entre 2003 y 2007 y evadió al menos 370 millones de euros de IVA al Estado italiano con un complejo sistema de lavado.
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