Chillida-Leku regresa a sus orígenes como aperitivo de su primera década
El museo Chillida-Leku de Hernani calienta ya motores para celebrar su décimo aniversario, que se celebrará el próximo mes de septiembre. Y ha decidido dar el primer paso con una exposición que descubre al público sus priopios orígenes del museo y, más en concreto, del edificio en torno al que se nuclea, el caserío Zabalaga, del siglo XVI).
Zabalaga, poesía y construcción muestra, desde hoy y hasta el 24 de mayo próximo en el piso superior del edificio, un total de 23 fotografías en blanco y negro realizadas por el italiano Giuliano Mezzacasa que reflejan la rehabilitación y transformación del edificio, tarea en la que Eduardo Chillida (1924-2002) puso tanto mimo como en cualquiera de sus obras.
Las fotografías muestran el estado de abandono en que a principios de los noventa se encontraba el inmueble, adquirido por Chillida y su esposa, Pilar Belzunce, a la familia Churruca con el claro propósito de crear allí un museo de su obra.
El proyecto supuso un reto para el artista y un nuevo encuentro con la tradición vasca. "Zabalaga es una de sus esculturas más significativas. El proceso se llevó a cabo en total libertad, sin un proyecto concreto", explica Estela Solana, responsable del Departamento de Obras y Artistas de Chillida-Leku.
El escultor meditaba cada cambio. "Yo le iba preguntando al caserío como quería ser; lo recorría por dentro y le iba planteando si quería conservar tal muro, aquella pared o esta entreplanta, y el caserío quedó como él mismo dijo", reza una de las citas del autor presentes en la exposición. La rehabilitación duró doce años y Mezzacasa captó con su cámara las obras de tres de ellos.
Una segunda muestra abordará en junio la transformación de Zabalaga desde un punto de vista arquitectónico y para septiembre quedarán los actos centrales del aniversario.
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