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Expulsado del Parlamento valenciano el portavoz socialista

El miedo a perder la iniciativa política se transformó ayer en pánico en las filas del PP valenciano. Su manejo del poder desembocó en un escándalo mayúsculo y en una grave crisis institucional en las Cortes Valencianas. Por la mañana hubo una bronca monumental contra la parcialidad de su presidenta, la popular Milagrosa Martínez, que dio la palabra por alusiones a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y la negó a la oposición. Por la tarde, el vicepresidente Rafael Maluenda, en funciones de presidente, expulsó al portavoz socialista, Ángel Luna, lo que provocó que toda la oposición abandonara el pleno.

Las instrucciones del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, de mantener la máxima beligerancia con la oposición, se combinaron con el malestar causado en las filas del PP por el ridículo que ha hecho Camps en su declaración pública de bienes -consignó un piso y una cuenta compartidos, 900 euros en su cuenta bancaria y un coche de 15 años-. Ése fue el combustible que incendió por la mañana la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en un debate sobre El Cabanyal y, por la tarde, el vicepresidente Juan Cotino, que insultó a la portavoz de Compromís pel País Valencià, Mònica Oltra, al poner en duda que conozca a su padre.

Pleno suspendido

El anuncio de los socialistas de que se personarán como acusación popular en la investigación del caso Gürtel, que lleva a cabo el Tribunal Superior de Justicia en Madrid y que afecta al PP valenciano, echó más leña al fuego. El resto lo pusieron las torpezas y las actitudes autoritarias. "Aquí, quien ordena cuándo se habla soy yo", dijo Maluenda antes de expulsar a Luna, que había salido en defensa de un diputado de su grupo al que el presidente en funciones de la Cámara interrumpió porque, en su opinión, no se ceñía al tema de la interpelación al consejero de Sanidad, Manuel Cervera.

A última hora de ayer, los tres grupos de la oposición, el socialista, el de Compromís pel País Valencià y el de Esquerra Unida, que abandonaron el hemiciclo, con lo que quedó suspendido el pleno, acordaron que hoy no habrá sesión de control a Camps si no se deja intervenir a Luna, cuya sanción depende de la interpretación del reglamento que haga la presidencia de las Cortes.

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