EE UU pide a los países árabes que apoyen las sanciones a Teherán
Por primera vez, Clinton acusa abiertamente a Irán de buscar el arma nuclear
Hillary Clinton pidió ayer a Irán que reconsidere su peligrosa política nuclear. Durante una conferencia pronunciada en Qatar, la secretaria de Estado de EE UU acusó a Teherán, por primera vez de forma abierta, de estar detrás del arma atómica. Su visita, que hoy continuará en Arabia Saudí, es la punta de lanza de una ofensiva diplomática más amplia de Estados Unidos para frenar las ambiciones nucleares de la República Islámica.
"Irán deja a la comunidad internacional poca elección al margen de que se le impongan mayores costes por su actitud provocadora", declaró Clinton ante la audiencia del Foro Estados Unidos-Mundo Islámico, que incluía al emir de Qatar, el jeque Hamed Bin Halifa al Thani.
Washington espera que el petróleo saudí ayude a evitar el veto de China
La secretaria de Estado había enumerado con anterioridad las oportunidades perdidas por los gobernantes iraníes desde que el presidente Barack Obama les tendió la mano tras su llegada al poder. "Desde octubre, han rechazado todas las propuestas de reunión", manifestó con tono de decepción. Clinton no habló en esta ocasión de las aspiraciones nucleares de Teherán o de lo ambiguo de su programa atómico. Por primera vez en boca de un miembro del Gobierno de EE UU se refirió abiertamente a su "búsqueda de armas nucleares".
"Estamos trabajando activamente con nuestros socios regionales e internacionales para preparar y poner en práctica nuevas medidas para convencer a Irán de que cambie su rumbo", señaló, revelando el objetivo principal de su viaje a la zona. Washington desea que el Consejo de Seguridad de la ONU imponga una cuarta ronda de sanciones a Teherán.
Las monarquías árabes ribereñas del golfo Pérsico se encuentran tan preocupadas como Estados Unidos ante el cambio geoestratégico que supondría en la zona un Irán atómico. Sin embargo, su vecindad, su menor población, sus minorías chiíes y los vínculos comerciales de algunos de ellos les obligan a un cuidadoso ejercicio de diplomacia. El propio príncipe heredero de Qatar ha visitado Teherán hace apenas dos semanas.
Pero desde entonces, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, no sólo ha ordenado a sus científicos que enriquezcan uranio al 20% (frente al 3,5% que producían hasta ahora), sino que ha asegurado que tienen capacidad para hacerlo por encima del 80%. Más allá de su capacidad técnica inmediata para lograrlo, el anuncio constituye un claro desafío y un mensaje poco sutil sobre su voluntad de imponerse como potencia regional. A partir del 80% de pureza, el uranio sólo sirve para alimentar una bomba nuclear.
Durante su estancia en Doha, Clinton también iba a entrevistarse con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que se opone a ampliar las sanciones. Pero la cita más importante de su gira va a ser sin duda la que mantenga hoy en Riad con el rey Abdalá de Arabia Saudí. Washington no ha ocultado que espera su ayuda para tratar de convencer a China para que no bloquee una nueva resolución sancionadora en el Consejo de Seguridad, donde tiene derecho de veto.
"Esperamos que utilicen sus relaciones de forma que puedan ayudar a incrementar la presión que debería sentir Irán", declaró el secretario de Estado adjunto, Jeffrey Feltman, a los periodistas que acompañan a Clinton. Pekín, que en los últimos años ha hecho grandes inversiones en la República Islámica, teme las consecuencias y, sobre todo, una eventual interrupción del flujo de crudo. Los saudíes podrían garantizarle ese abastecimiento. Rusia, el otro apoyo tradicional de los iraníes en el Consejo de Seguridad, se ha mostrado recientemente más inclinada a aceptar las sanciones como un mal menor.
La ofensiva diplomática de EE UU incluye además una serie de contactos políticos y militares por toda la región. Tres vicesecretarios de Clinton, James Steinberg, Jacob Lew y Williams Burns, van a viajar a Líbano, Siria, Israel, Jordania y Egipto esta semana. Aunque su agenda no se limita a Irán, está claro que este país estará en el centro de todas las discusiones.
Ayer mismo el jefe de la Junta de Jefes del Estado Mayor, el almirante Mike Mullen, dijo, tras reunirse con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, en El Cairo, que Irán es un desafío clave para la seguridad en Oriente Próximo. Mullen acusó a Teherán de fomentar el radicalismo en Líbano, Gaza, Irak y Yemen, pero aseguró que EE UU no planea un ataque militar contra Irán.
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