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Reportaje:

Galeristas de sí mismos

Pintores y fotógrafos abren las puertas de casa para exponer su obra - La idea supone un ahorro y un contacto directo con el cliente

Rosa Rivas

El artista muestra su obra donde la produce. En el origen fue así. Hace siglos. Ahora, en un mercado competitivo de grandes ferias internacionales, de galerías con glamour, de marchantes audaces, de centros culturales privados y públicos que hacen de lo alternativo algo extraordinario, hay opciones para las exposiciones se trasladen a un espacio íntimo, al margen de la rueda comercial.

Pintores, escultores o fotógrafos son anfitriones de una clientela que convocan por e-mail, mensajes telefónicos o el boca-oreja de una red amistosa. Funcionan como los profesionales autónomos. Tienen amplia trayectoria (aunque organizar jornadas de puertas abiertas es una buena salida para quienes empiezan) y la exhibición en su casa es efímera e intensa, a gusto del autor. Puede ser un día, una noche o una semana, sin horarios comerciales.

"A la gente le gusta estar en un ambiente privado", dice Carlos Díaz
"El truco es vender más barato", señala el fotógrafo Enrique Escorza

"El arte es para todos, pero sólo una élite lo sabe", se lee en una postal irónica que María Gimeno tiene en su estudio, en la zona de Las Vistillas. "Exponer en casas es muy normal en México, en Estados Unidos o en Berlín. Muchos amigos míos lo hacen", dice la pintora y escultora zamorana (www.mariagimeno.com), que montó en diciembre pasado Estudio Abierto: mapa personal, y piensa repetir, dado lo satisfactorio de la experiencia. El hogar se transformó, hasta sus niños participaron en "el juego de montar y desmontar, de hacer un espacio versátil", por donde transitaban los visitantes contemplando las obras. Creó "una estructura temática", un paseo de intenciones con distintos formatos. Y dejaba sorpresas, como un cuaderno-diario con acuarelas o un agujero en la pared para espiar una miniatura escondida en una habitación. "Trabajo con una galería en Berlín y con otra en Barcelona, pero estar libre en Madrid me hace sentirme fenomenal. Me ha dado muchísima energía".

María mueve su propia cartera de contactos. "No he robado clientes a nadie", advierte, y valora trabajar sin intermediarios y con ahorro de gastos. Algo que también destaca otra colega: "Estoy encantada con mi momento Juan Palomo", asegura la pintora madrileña Pilar Recuenco en su estudio de la avenida de Daroca. "La galería tiene que estar para promocionar la obra y buscar posibles compradores y coleccionistas. Las hay buenas, que saben cuál es su trabajo, pero después de exponer en varias galerías y ver que no me resultaba rentable me he decantado por crear mi propio espacio y que la gente disfrute viendo el lugar, los materiales y objetos donde se desarrolla la obra. Es lo que más gusta a los invitados".

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Recuenco hizo su primera expo casera hace 30 años, tras estudiar bellas artes. "Y vendí todo", recuerda. Lo ha repetido tres veces más, con el nombre El botón rojo. "Tengo una zona donde trabajo y otra que se convierte en galería de cuando en cuando. Hago una verdadera instalación", dice sobre el objetivo de lograr "un espacio vivo y sugerente".

"Al cliente le encanta acercarse al artista", dice convencido Carlos Díaz de Bustamante (www.carlosdiazdebustamante.es). Lo sabe por experiencia. Ya lleva seis años en la vía del arte privado, con casa-galería, cerca de la plaza Mayor. De la entrada al salón, pasando por la cocina, la habitación o el baño, cuelgan sus mundos oníricos y viajeros contenidos en cajas.

"Siempre me ha gustado recibir en casa y hacer fiestas raras. De paso, la gente ve lo que he hecho y compra". Y recibe con una copa o con músicos que improvisan. "Es como un teatro... Monto una escenografía, que va cambiando según el tema de la exposición", cuenta. "Hago espacios íntimos. Una galería a veces es muy fría; el artista aparece como mucho en la inauguración. En una casa es una relación más humana. Además, me gusta saber dónde va a parar mi obra y de esta manera me entero si está en Dallas o en Lisboa. Tengo un archivo. Hago seguimiento".

¿Y trae cuenta? ¿Merece la pena como forma de negocio? "El artista tiene que vivir. Es lógico que con la crisis prolifere esta alternativa entre los creadores, pero en mi caso es una cuestión de libertad y de flexibilidad. Es una opción como artista, que llevo haciéndola antes de la crisis. Mi camino no pasa por la galería. A la gente le gusta estar en un ambiente más privado. Y al ver las obras en una casa se hacen idea de cómo quedaría en la suya", comenta el artista.

Plató de fotografía y vídeo, estudio de producciones audiovisuales, galería donde vender obra gráfica a pequeños coleccionistas... Hay actividad diaria en la casa-estudio del fotógrafo Enrique Escorza (www.fotolog.com/escorzis). Es de Pamplona, pero su teatro de operaciones y vida está en una corrala histórica de Lavapiés. "He renunciado al cuarto de la tele", bromea al hablar de su mezcla de espacio privado y laboral, donde siempre hay gente trabajando. "Pero me impongo horario de oficina e intento conseguir mi tiempo de intimidad", señala.

"Con la crisis surgen más iniciativas, pero vender a particulares es complicado. Me parece bien si eres capaz de colocar tu obra. El truco es vender más barato", dice el fotógrafo Pepe Frisuelos a propósito de la proliferación de artistas que venden ellos su propia obra o montan exposiciones en casa. Frisuelos es presidente de la asociación cultural EntreFotos, que convoca anualmente con el mismo nombre una feria para que los fotógrafos interactúen con sus clientes potenciales. "La mayoría no tiene galería", indica Frisuelos, pero cree que el papel del galerista es necesario: "Hay que compaginar el espacio propio con estar en el circuito".

Como EntreFotos (www.entrefotos.net), hay ferias que invitan a creadores cuya obra no tiene galería. Como DeArte, donde "los artistas están en contacto con el cliente, pero no actúan como galeristas", cuenta su presidente Agustín Medina. "Las obras de artistas independientes son mostradas y, eventualmente, vendidas por expertos en gestión cultural, que les representan", explica el responsable de la feria (www.dearte.info/index_feria2.html), que comienza la próxima semana y coincide con la gran cita de Arco.

María Gimeno, en su casa-estudio-galería del centro de Madrid.
María Gimeno, en su casa-estudio-galería del centro de Madrid.BERNARDO PÉREZ

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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