IU, ERC y el BNG temen que el acuerdo sirva para avalar un giro a la derecha

Los grupos minoritarios del Congreso recelan de las intenciones del Gobierno sobre un pacto de Estado contra la crisis, ponen condiciones y advierten de que no sea utilizado para dar un giro a la derecha. Ese giro, según aseguran, se produciría si pactara con el PP y con CiU la reforma de las pensiones y del mercado laboral y el recorte del gasto público.

El más reacio es Gaspar Llamazares (IU), que asegura que es incompatible el acuerdo con el PP y CiU y con IU a la vez. De hecho, mostró su malestar por una reunión que se produjo esta semana entre el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y los portavoces de PSOE, PP y CiU en el Pacto de Toledo. El resto de los partidos fueron excluidos. Los socialistas aseguran que fue sólo un encuentro informal, sin que se entrara en negociaciones.

Joan Ridao (ERC) no comparte que haya esa incompatibilidad, pero niega que haya voluntad del Gobierno para llegar a un acuerdo. Asegura que una prueba es que sea el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, el que protagonice la ronda con los partidos y no el propio presidente. "Si Zapatero no tiene ni un solo minuto para hablar con los portavoces, ésa es la constatación de que no quiere un acuerdo en algo tan trascendente. Hay muy poca voluntad para escuchar. Que tampoco lo haya hecho su equipo económico evidencia de forma palmaria la falta de voluntad", asegura Ridao, que se reunirá el martes con Alonso.

Joan Herrera (ICV) considera prueba de toque de ese acuerdo su proposición de ley, que se debatirá el martes, sobre un impuesto a las transacciones bancarias, que Barack Obama anunció y Zapatero alabó. Por su parte, Francisco Jorquera (BNG) considera positivo el diálogo, pero añade que no debe utilizarse para dar un giro a la derecha con la reforma de las pensiones o el abaratamiento del despido.