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El debate sobre la crisis

Las diferencias sobre impuestos alejan el pacto de Estado entre PSOE y PP

Cospedal exige al Gobierno que no suba la fiscalidad - Alonso convocará a los populares sin requisitos previos

La presión social para un pacto de Estado contra la crisis entre los dos grandes partidos crece, pero nada indica que esté cercano, más bien al contrario. El PSOE ni siquiera ha buscado aún fecha para una reunión con el PP. Los socialistas admiten que sus contactos en búsqueda de pactos pueden durar hasta tres semanas. Y antes de eso, el miércoles, hay convocado un pleno especial sobre economía que se prevé durísimo por las críticas del PP.

Antes de ese pleno, los socialistas han convocado una cita con el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran, para explorar las posibilidades de pacto. Pero con el PP se antoja mucho más difícil. Mariano Rajoy ya está preparando un duro reproche a José Luis Rodríguez Zapatero por los caóticos mensajes del Gobierno sobre pensiones en la que ha sido una de sus peores semanas. Pero, sobre todo, hay un asunto de fondo que les diferencia, y que ayer quedó aún más claro: los impuestos.

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Preguntada por la posibilidad de un pacto de Estado para afrontar la crisis, Dolores de Cospedal, número dos del PP, fue muy clara: "El pacto sólo sería bueno para España si tiene un auténtico contenido que suponga un cambio radical en las políticas económicas de Zapatero; es decir, si se bajan los impuestos y si se hace un auténtico plan de austeridad".

Esta segunda exigencia es salvable, puesto que el Gobierno ha anunciado un plan para recortar 50.000 millones de euros en gastos en tres años, aunque el PP insiste en que de momento no es creíble. Sin embargo, en los impuestos hay un choque frontal.

Por culpa de la crisis, la recaudación, especialmente la vinculada al consumo o a la construcción, se ha desplomado. Con ella, la presión fiscal -el porcentaje total de la economía que se llevan los impuestos- ha bajado del 37% al 30,4%, muy por debajo de la media europea. Y se necesita dinero.

El Gobierno ha anunciado una subida de dos puntos del IVA y de los impuestos sobre las rentas del capital, además de la eliminación de los 400 euros -que ya está afectando a mileuristas y pensionistas de nivel alto-, que ha generado un notable malestar. Pero es posible que haya que hacer más subidas, dejó caer la vicepresidenta Elena Salgado, para elevar la presión fiscal, excesivamente baja, según la perspectiva del Gobierno, si se compara con la media europea. Cospedal salió en tromba: "Estamos radicalmente en contra".

A pesar del desplome de la recaudación, que tiene ahogadas a todas las administraciones, especialmente a las locales y autonómicas, de la bajada de impuestos a las empresas que hizo el PSOE en 2007 y del enorme endeudamiento, también en muchas de sus autonomías, el PP insiste en proponer más bajadas de impuestos como receta para salir de la crisis, aunque ahora aclara que deben ser "selectivas".

A este planteamiento de Cospedal, realizado en público, el portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, encargado de poner en marcha la ronda de conversaciones, declina responder. "Nosotros vamos a hacer una propuesta muy seria, en la que llevaremos nuestros planteamientos sobre la reforma laboral, la estrategia de Economía Sostenible y el plan de austeridad. Escucharemos las propuestas que presenten el PP y el resto de los grupos, sin condicionamientos previos".

En fuentes socialistas no se oculta la preocupación por la respuesta del PP y, sobre todo, los argumentos. La subida de impuestos fue aprobada dentro de los Presupuestos del Estado para este año. "¿El PP propone la insumisión legal, que no se cumpla una ley?", se preguntan esas fuentes.

Al margen de las discrepancias de fondo, ninguno de los dos partidos parece demostrar una gran voluntad política por alcanzar el acuerdo. La Moncloa lleva más de un año sin llamar a Rajoy, algo que no había sucedido nunca desde que Zapatero es presidente. Y el líder del PP insiste en que el problema de la crisis no es España, sino Zapatero, y sostiene que es el presidente quien no quiere pactar "por motivos ideológicos".

En realidad, según analizan diversos dirigentes del PP, el pacto está lejano porque ninguno de los dos partidos lo necesita. El Gobierno no sufre una debilidad parlamentaria, no necesita al PP porque saca adelante las leyes clave -lo demostró con Presupuestos- y puede seguir gobernando. Y el PP, por su lado, teme un abrazo del oso de un Gobierno que sufre en las encuestas. El PSOE, no obstante, sí quiere "encauzar la discrepancia" y le parece un valor en sí mismo que los ciudadanos comprueben que los políticos se reúnen y si no hay acuerdo la vida democrática sigue, sin dramatismo.

Ahora bien, unos y otros saben que, aunque no se alcance un "pacto de Estado con mayúsculas", necesariamente votarán juntos en asuntos de relevancia, porque ya lo han hecho, por ejemplo, con las ayudas a la banca. Ese apoyo de los populares a las grandes decisiones se repetirá casi sin duda si llega a las Cortes una reforma laboral pactada por patronal y sindicatos. De hecho, para el Gobierno la prioridad es el acuerdo con los agentes sociales. Además, los populares no suelen oponerse a las propuestas de la patronal.

La vicepresidenta De la Vega tras el Consejo de Ministros.
La vicepresidenta De la Vega tras el Consejo de Ministros.ULY MARTÍN

Lo que une y lo que separa a PSOE y PP

- Pensiones. Ambos partidos (PSOE y PP) reconocen que el sistema tiene problemas a medio plazo. Pero mientras el PSOE ha propuesto retrasar dos años la edad de jubilación obligatoria (de 65 a 67), el PP, sin llegar a criticar la solución, prefiere plantear una ampliación voluntaria con más incentivos fiscales.

- Impuestos. El PSOE bajó cinco puntos el impuesto de sociedades en 2007. Ahora sube el IVA. El PP pide bajar otros cinco puntos sociedades. No hay acuerdo posible.

- Recorte de gastos. El PP habló siempre de un recorte de dos puntos del gasto.

El Gobierno se negó. Ahora, el Ejecutivo propone un radical recorte de 50.000 millones (5.000 este año) y el PP duda que sea creíble.

- Cotizaciones. El PP ha propuesto, en línea con la patronal, un recorte de dos puntos en las cotizaciones para aliviar a las empresas. El Gobierno impulsa a los sindicatos a negociar un recorte, pero no tan alto.

- Reforma laboral. El Gobierno promueve que se use más el contrato de 33 días. El PP quiere indemnización progresiva: más años en la empresa, más días por año. La patronal pide 22 días.

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