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Reportaje:

Una confesión calculada

La federación española suspende a Paquillo, que admitió poseer productos dopantes, pero sus medallas no peligran

Carlos Arribas

Pocas horas después de recibir un correo electrónico con la autoinculpación firmada de Paquillo Fernández, el presidente de la Federación Española de Atletismo, José María Odriozola, informó al comité de competición, que, reunido ayer, suspendió de manera cautela al marchador. La sanción prevista por los reglamentos para su infracción -posesión de sustancias prohibidas- es de dos años, pero podría ser reducida a la mitad si se valora su colaboración con la Guardia Civil en la investigación de la Operación Grial.

Como se desprende de la precisión, fría, antiemotiva, del comunicado redactado por su abogado siguiendo el modelo de otros arrepentidos anteriores con el que, reconociendo sus pecados -su caída en "la tentación"-, el atleta de Guadix muestra su "más profundo arrepentimiento", la suya fue una confesión medida, calculada, un mero trámite previo a la búsqueda del máximo beneficio posible. Paquillo sólo admitió aquello de lo que la Guardia Civil tenía pruebas concluyentes: la posesión de sustancias dopantes. Con inteligencia, el abogado de Paquillo precisa que las adquirió después del Mundial de Berlín, en septiembre de 2009, y que nunca las utilizó.

Por su colaboración, al ciclista Dueñas el CSD le está ayudando a encontrar equipo
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El ciclista Ivan Basso, implicado en la Operación Puerto, manifestó públicamente lo mismo, que cayó en la tentación de decirle a Eufemiano Fuentes que le preparara unas cuantas bolsas de sangre pero que nunca las usó. Con ello, aunque no evitó una sanción, sí que logró que no le desposeyeran de la victoria en el Giro de 2006, pues no pudo probarse que se hubiera dopado entonces. Como Paquillo, de 32 años, nunca ha dado positivo, su admisión limitada no pone en peligro ninguno de sus éxitos deportivos -tres subcampeonatos mundiales, dos campeonatos europeos, una plata olímpica en Atenas 2004- ni los premios económicos. No peligran sus medallas, ni el deporte español tendrá que volver a pasar por el oprobio de verse desposeído de algunos de sus grandes éxitos.

Sin embargo, una investigación policial anterior, revelada por la revista Interviú, descubrió que Walter Virú, presuntamente el cerebro de la red de dopaje desarticulada en noviembre pasado con la Operación Grial, le enviaba paquetes a Paquillo a diferentes direcciones de Guadix desde 2007. La Guardia Civil sospecha que esos paquetes contenían productos prohibidos, pero no puede probarlo, con lo cual no goza de elementos con los que confrontar las palabras de Paquillo de que sólo adquirió los productos a finales de 2009, poco antes de que registraran su casa. En 2007, Paquillo se proclamó subcampeón mundial en Osaka, y en 2008 ganó la Copa del Mundo de marcha.

La autoinculpación de Paquillo, de todas maneras, ayuda a resolver un problema de ajuste entre las investigaciones policiales y las sanciones deportivas: las federaciones no pueden actuar contra los deportistas sospechosos mientras el juez no dé permiso, lo que puede suponer varios años de indefinición. El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, ha adelantado su voluntad de reformar la ley penal antidopaje para solucionarlo, consciente de que del buen funcionamiento de la ley depende el éxito de su política de tolerancia cero con el dopaje, como también de la proliferación de arrepentidos, una figura que alienta y fomenta desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) Lissavetzky, consciente de que la omertá, la ley del silencio, es uno de los mayores obstáculos en la lucha contra el dopaje, desde la frase: "Quien quiera colaborar cuenta con nuestro apoyo".

Antes de Paquillo, ya colaboró con la policía el ciclista de Béjar Moisés Dueñas, positivo por EPO en el Tour de 2008. A cambio de las informaciones que permitieron investigar al médico Jesús Losa, Dueñas obtuvo una reducción a un año de su sanción y el compromiso del CSD de ayudarle a encontrar equipo cumplida su sanción. El quedarse en el paro, castigo a los chivatos, era el mayor temor de Dueñas. Después de múltiples gestiones, el CSD llegó a un acuerdo con el Xacobeo, el equipo de Álvaro Pino, financiado por la Xunta de Galicia. El hecho ha provocado malestar en el mundo ciclista, ya que el Xacobeo ha reducido el presupuesto este año y ha dejado a varios corredores en el paro. Además, Dueñas ni es joven, tiene 28 años, ni gallego, las bases del Xacobeo.

Paquillo en Pekín.
Paquillo en Pekín.EFE

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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