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El PSdeG sólo negociará el Estatuto en el Parlamento

Advierte a Feijóo de que no aceptará una propuesta que parta de la Xunta

La negativa del Gobierno central a ceder una sola de las competencias que reclama la Xunta ha resucitado el debate sobre la reforma del Estatuto de Autonomía, que el presidente Alberto Núñez Feijóo prefiere mantener aparcada mientras no conozca el fallo del Tribunal Constitucional sobre el texto aprobado en Cataluña. Tres años y dos semanas después de que se frustrara el último intento en la reunión que Touriño, Quintana y Feijóo mantuvieron en la residencia oficial de Montepío, socialistas y nacionalistas urgieron ayer a la Xunta para que abra una negociación en el Parlamento que permita ampliar el techo competencial. En su comparecencia para explicar el infructuoso encuentro bilateral con el Gobierno de Zapatero, el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, se ciñó al programa electoral y sólo se comprometió a que el Gobierno presentaría una propuesta a los partidos durante esta legislatura.

Rueda avanza que el Gobierno hará un proyecto en esta legislatura

Mucho antes de que empiecen a discutir sobre el autogobierno, PP, PSdeG y Bloque evidenciaron ayer en el hemiciclo que el camino tampoco esta vez será fácil. Los tres partidos mantienen diferencias irreconciliables ya no de fondo, sino incluso sobre el camino a seguir. El diputado socialista José Luis Méndez Romeu aprovechó su réplica en el hemiciclo para mandar un mensaje inequívoco al PP: los socialistas sólo aceptarán negociar una reforma del autogobierno en el Parlamento. Lo advirtió tres veces: su partido no aceptará "un Estatuto que se plantee como una carta otorgada que emane de la dirección del PP y que la oposición tiene la oportunidad de enmendarlo". "Ni la Constitución ni ningún Estatuto pueden surgir de ese modo", subrayó Méndez Romeu, quien pidió que nadie cuente con el PSdeG para poner en marcha una fórmula a la que se oponen desde hace cinco años.

Antes que Rueda, fue el viceportavoz del PP, Pedro Puy, quien recordó la legitimidad de la Xunta para proponer la reforma de un Estatuto, que en todo caso "debe ser aprobado por mayoría cualificada en el Parlamento". Puy recuperó unas palabras de Anxo Quintana, que unos minutos antes había defendido la necesidad de que Galicia cuente con un "Estatuto de Nación", para concluir que el debate está justamente donde encalló en 2007. "Nosotros no queremos un Estatuto de Nación, lo dijimos y alguien pronosticó que eso nos haría perder las elecciones", concluyó.

Rueda insistió en que será la Xunta "la que cumpliendo con su programa electoral presentará su proyecto" de reforma del techo competencial. "Entiendo que no crean que la Xunta sea capaz de presentarlo", alegó. Pese a todo, el conselleiro de Presidencia evitó avanzar plazos.

La estrategia del presidente gallego pasa por aguardar a que el Constitucional se pronuncie sobre el Estatut catalán. No sólo para garantizar la legalidad de la nueva norma sino para no desatar las iras del PP nacional y de los medios más a su derecha, que cuando se tramitó el texto catalán emprendieron una campaña para denunciar "la ruptura de España". Durante el debate, el parlamentario nacionalista Anxo Quintana reprochó al PP sus críticas a la "cooperación inteligente" del bipartito con el Gobierno central, que permitió descentralizar 14 competencias en la legislatura anterior. "Han optado ustedes por la confontación inútil y ya vemos los resultados".

La sesión estuvo trufada de reproches entre populares y socialistas sobre la ley de cajas, justo en el momento en que la Abogacía del Estado presentaba su recurso ante el Tribunal Constitucional.

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