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Reportaje:

La 'Prospe' contra Telefónica

El barrio pide que la empresa y el Ayuntamiento hagan equipamientos en un solar

El barrio de la Prosperitat de Barcelona, la Prospe, como la llaman sus vecinos, lleva mucho tiempo reclamando al Ayuntamiento más equipamientos. Este trozo del distrito de Nou Barris es una de las zonas con mayor densidad de población de la ciudad y una de las voces más críticas con la política municipal. En 2005, sus habitantes vieron el cielo abierto. El Consistorio acordó con Telefónica recalificar como equipamientos para la ciudad los 5.800 metros cuadrados de las parcelas que la empresa tenía en desuso debido al cambio tecnológico. Una de ellas, en la Prospe, en el número 7 de la calle de Boada. El plazo para hacer el cambio, según el convenio que firmaron, vence en 2015, pero lejos de dar pasos en esa dirección, los vecinos han asistido atónitos y sin muchas explicaciones del Ayuntamiento, dicen, a la rehabilitación integral del edificio. En marzo será un centro de tratamiento de datos que dará trabajo a 75 ingenieros. Los vecinos denuncian el incumplimiento "flagrante" del acuerdo y el Ayuntamiento se escuda en la letra pequeña del trato.

El convenio reordena la calificación urbanística de las instalaciones que la empresa tiene repartidas por la ciudad. Telefónica convierte su sede central -el edificio Estel- en 400 viviendas y el Ayuntamiento recupera la superficie que pierde en este solar de la avenida de Roma recalificando como equipamientos comunitarios de titularidad privada nueve parcelas de la empresa. El compromiso es que el cambio de uso se efectúe paulatinamente en los próximos 10 años. Telefónica ha cumplido su parte del trato: cedió al Ayuntamiento dos interiores de manzana en las calles de Pau Claris y Urgell además de un solar de 1.562 metros cuadrados que hay enfrente del edificio Estel.

Por todo ello, los vecinos de uno de los barrios afectados por los cambios piden ahora que el Ayuntamiento mueva ficha "y reclame lo que le pertenece", afirma Albert Recio, presidente de la Asociación de Vecinos de la Prosperitat. Pero donde él ve "una vulneración del convenio" porque la antigua central de Boada se ha rehabilitado y "seguirá siendo de Telefónica", el gerente de Urbanismo, Ramon Massaguer, encuentra sólo "un golpe de mala suerte". Porque el cambio de uso de las centrales obsoletas de Telefónica tenía un pero. "Las nueve centrales analógicas se convertirán en equipamientos si la empresa no necesita el espacio para otros servicios de telefonía", recuerda Massaguer. "Y resulta que la empresa necesita el espacio de Boada para su nuevo centro de tratamiento de datos", añade.

Los vecinos aportan más argumentos para mostrar el incumplimiento: "Si en alguno de los edificios se realiza una rehabilitación integral , el 50% se tiene que convertir en equipamiento comunitario". Recio entiende que se trata de la mitad del edificio en cuestión. Massaguer lo desmiente y afirma que el 50% se debe aplicar al total de las centrales.

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