El sueño europeo comienza a disiparse
El desencanto europeo prende cada vez con más fuerza entre los turcos de a pie. "La sociedad civil ha emprendido su propio camino", sostiene la empresaria Gülseren Onanç. Turquía es una sociedad joven y dinámica, y aparentemente con recursos para adaptarse a los continuos altibajos políticos y económicos. El Gobierno prevé un crecimiento positivo de la economía en 2010 y los capitales internacionales vuelven a acudir a la Bolsa de Estambul. Pero el sueño del ingreso en la UE empieza a disiparse. El 60% de los turcos votaría "sí" en un referéndum de adhesión a la UE, según datos del Ministerio para Asuntos Europeos turco.
Es cierto que el 70% de la población cree que la UE contribuye a la democratización, los derechos humanos y la mejora de la economía del país. Las expectativas son muy altas en este sentido. Pero si se pregunta a los turcos si creen que Turquía será admitida algún día en la UE, el listón baja al 40%.
Hay quien prefiere ver los cambios en la perspectiva del largo plazo; el ministro Egemen Bagis, máximo responsable de la misión negociadora de Turquía con la UE, recuerda que hace 50 años un primer ministro y otros miembros del Gobierno fueron ejecutados. Y que hace 30 años, se quemaban los libros de Kafka o Dostoievski por herejía comunista. Que sólo hace 10 años, el alcalde de Estambul fue encarcelado por recitar un poema.
"Hoy Estambul es capital cultural europea en 2010 y ese alcalde, Recep Tayyip Erdogan, es ahora nuestro primer ministro. Hace apenas 10 años la gente de mi país tenía miedo de admitir que era kurda. Hoy hay programas de radio y televisión en kurdo o en armenio", resalta Bagis. "Se ha creado una nueva mentalidad en Turquía".
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