La alcaldesa de Cunit dice que intentó mediar con el imán
"Había un riesgo real de que prendiera una manifestación de violencia entre la comunidad islámica y lo evitamos". Así justificó ayer a este diario la alcaldesa de Cunit (Tarragona, 12.300 habitantes), la socialista Judith Alberich, su decisión de evitar la detención del imán Mohamed Ben Brahim, imputado por acosar a una musulmana moderada empleada como mediadora cultural en el consistorio. Alberich razonó que su intención era mediar entre ambas partes para resolver un conflicto entre inmigrantes en una localidad que cuenta con alrededor del 16% de extranjeros, la mitad de ellos musulmanes.
"Para sentarse a una mesa, no puede haber denuncias de por medio", precisó, para detallar por qué sugirió a Fátima Ghailan, la presunta víctima, que retirara la denuncia sobre Ben Brahim. Ghailan siguió adelante, y la fiscalía pide cinco años de cárcel para el imán, cuatro para el presidente de la Asociación Islámica de Cunit, Abderramán El Osri; y dos para la esposa y la hija de Ben Brahim por coaccionar a Ghailan.
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