Un marroquí muere en Madrid tras recibir siete puñaladas
Los presuntos agresores fueron detenidos poco después por la policía
Siete puñaladas acabaron en la madrugada de ayer con la vida de Hicham H., un marroquí de 30 años vecino del distrito de Hortaleza, donde ocurrió el crimen. Una hora antes del suceso, sobre las 4:30, el fallecido había mantenido una discusión en el bar Saint James (Carretera de Canillas), con los presuntos agresores, según la versión policial. Los sospechosos, David G. L., de 33 años, Alberto A. L., de 27, y Borja L. G., de 20, fueron detenidos poco después de cometer el crimen cuando huían en un coche a gran velocidad. Los tres arrestados eran de origen español y dos de ellos con antecedentes por robo y lesiones. Aún no se han esclarecido los motivos del delito.
Hicham estaba con varios amigos en el bar Saint James, de donde era cliente habitual. Fue entonces cuando, tres chicos irrumpieron en el bar y discutieron con el marroquí, según las investigaciones policiales. D. F. A., un amigo de la víctima que había estado con él antes de la discusión, dice que escuchó a alguien decir: "Los chicos iban todo puestos y buscando bronca, y Hicham (que medía más de 1,90 y había trabajado de portero) echó una mano al dueño del bar para echarles".
La víctima, de 30 años, trabajó como portero de discoteca
La policía también baraja que los chicos podrían haber acudido al bar buscando a Hicham ya que se conocían. Además, informa de que la víctima había estado detenida en otras ocasiones, la última por un delito relacionado con el menudeo de droga. Tras la discusión, los tres chicos salieron del bar.
Poco después de la riña, Hicham salió del bar y se montó en un coche acompañado de tres amigos. A dos kilómetros de allí, en la intersección entre las calles de Mar de Aral y Mar Menor, los tres chicos con los que había discutido cruzaron el Peugeot 207 que conducían en medio de la vía obstaculizando el paso del vehículo donde viajaba el agredido.
Algunas fuentes aseguran que les perseguían y otras que les esperaban allí. Según familiares de la víctima, David, Alberto y Borja pidieron a la víctima que "saliese del coche a hablar con ellos". Cuando el marroquí se apeó, los tres se abalanzaron sobre él, informa la policía. Las primeras investigaciones apuntan a que fue David G. L. el que le asestó las siete puñaladas en el pecho y la espalda. Los tres acompañantes de Hicham salieron a taponarle las heridas mientras los agresores huían. Los servicios de emergencias no consiguieron reanimarle. Hicham murió en torno a las seis.
Los agresores huyeron a toda prisa del lugar pero la policía logró frustrar su escapada. Los agentes vieron un coche sospechoso por la carretera de Canillas e iniciaron una corta persecución hasta que los agresores abandonaron el coche y huyeron a pie. Los agentes comenzaron una persecución a pie hasta atrapar a dos de los sospechosos y el equipo nocturno de la policía, los Centauro, consiguieron atrapar al tercero.
Hicham estaba casado y tenía dos hijos. Sus familiares y amigos lloraban ayer su pérdida y pedían a los medios que respetasen su memoria, refiriéndose a las informaciones que aseguraban que el delito tenía que ver con un ajuste de cuentas por droga. Sus antiguos compañeros de trabajo tenían muy buen recuerdo de él. "Con lo de ser abogado de las causas pobres, siempre estaba metido en líos", comentaba un allegado. Los padres de la víctima, cuyo cuerpo será trasladado hoy a la mezquita de la M-30 para después ser repatriado a Marruecos, llegaron ayer a Madrid desde Casablanca, de donde había llegado el fallecido hacía más de 20 años.
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