El Banco de España avisa a la Xunta de que sólo él puede avalar la solvencia de la fusión
Ordóñez contradice las tesis del alcalde de Vigo sobre las 'fusiones frías'
El gobernador del Banco de España (BE), Miguel Ángel Fernández Ordóñez, no habló ayer de las cajas gallegas, ni de la reforma de la ley autonómica, ni citó expresamente nada concreto sobre el proceso de fusión en Galicia. Pero envió muchos mensajes a quien quiera leerlos: "No importa si la fusión es interregional, intrarregional o mediopensionista, es que da igual. Lo importante es que sea sólida. Aquí y en todas partes". Fue su respuesta a una de las cuestiones que los más de 200 empresarios reunidos en Vigo le hicieron. "Responde usted como un gallego", le espetaron desde el auditorio. No se amilanó: "Nunca he hablado de instituciones concretas y no lo voy a hacer ahora. El supervisor conoce perfectamente cómo están, pero no tiene ningún sentido hablar de entidades concretas. La política general está muy clara: el Parlamento le ha encargado al Banco de España que se asegure de que las integraciones son suficientemente sólidas y es lo que tenemos que hacer".
"Con una integración sólida todos salimos ganando"
Tras una parada en Santiago, en la sede de la Confederación de Empresarios, Ordóñez asistió a un almuerzo en Vigo en el Círculo de Empresarios, punta de lanza de la oposición a que las dos cajas gallegas se fusionen. Allí expuso su estrategia: "El BE interviene en aquel banco o caja que se ha equivocado, expedienta a los administradores y consejeros y se procede a la venta o liquidación. La otra vía es la de tratar de anticipar eso. Darle una posibilidad, no a aquellos que están mal, porque en ese caso deberíamos intervenir, sino a quienes pueden resolver sus problemas".
Aun sin referirse expresamente al caso gallego, Ordóñez dejó un mensaje muy claro a la Xunta. La solvencia de cualquier fusión "la decide el Banco de España", no una comunidad autónoma ni una consultora privada como la que contrató la Xunta y que la pasada semana presentó un informe favorable a la unión de Caixa Galicia y Caixanova. "El contribuyente va a dar recursos muy importantes y no los puede dar a una institución que no los va a poder devolver. ¿A juicio de quién? A juicio del Banco de España", reafirmó. "No de los gestores de las cajas, ni de las autoridades, no de un informe de una empresa, sino de lo que diga el BE. ¿Por qué? Porque lo importante es que la integración dé lugar a una entidad sólida que no esté otra vez con la lengua fuera".
Un buen pellizco del PIB gallego estaba escuchando sus palabras, incluidos los gestores de Caixa Galicia y Caixanova. Ante ellos, la conselleira de Facenda, principal valedora de la fusión, o el líder del PSdeG, Ordóñez, desgranó para qué sirve el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), un balón de oxígeno para "anticiparse a los problemas". "Le damos la posibilidad a los gestores de que hagan algo. La ventaja es que una operación de integración sólida va a devolver el dinero al contribuyente con unos intereses relativamente razonables, porque si no es sólida es lo peor que se puede hacer. Todos salimos ganando si se le da una oportunidad al que se ha equivocado para corregir reduciendo su capacidad. Porque no podemos mantener todo lo que tenían".
Anteponiendo siempre la "solidez", consideró imprescindible apelar a quienes están implicados en las posibles alianzas de cajas para que "no retrasen" sus decisiones porque el tiempo perdido acaba "perjudicando el flujo de crédito a las empresas y familias". Ante el gobernador también estaba el alcalde de Vigo, el principal valedor de las tesis de Caixanova contrarias a una unión gallega y portavoz de la alternativa de la caja viguesa, un Sistema de Protección Institucional (SIP) o fusión fría con entidades foráneas. Uno de los asistentes preguntó por esta fórmula, que, según Caixanova, garantiza la tan buscada galleguidad y , además, tiene la posibilidad de ser revisasda. Y el gobernador lanzó un inesperado jarro de agua fría sobre las tesis de la caja y el alcalde vigués: "Un SIP digamos normal sí [es reversible], pero lo que está exigiendo el BE lo veo difícilmente reversible. Estamos exigiendo que se mantenga 10 años", un tiempo en el que las cajas que participen articularán mecanismos comunes. "La reversibilidad siempre es posible pasados 10 años, pero a un coste enorme. Si estamos dando recursos públicos no es para tomarse esto a broma".
Pero Ordóñez no quiso hablar en exclusiva de las cajas: "El principal problema de nuestra economía es la educación, siempre lo digo, pero los periodistas nunca lo destacan. Sólo el 67% de los jóvenes acaban la secundaria, cuando en los países nórdicos es el 90%".
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