Cultura aparta a funcionarios de Patrimonio imputados por cohecho

Extractos de cuentas bancarias de dos funcionarios de la Consellería de Cultura, conversaciones grabadas con autorización judicial que revelan graves irregularidades en los procesos de adjudicación de obras y contratos con empresas que se repiten en los proyectos de rehabilitación del patrimonio cultural que promueve el Xacobeo. Todo eso lo investiga un juzgado de Santiago a raíz de una denuncia de la Fiscalía que ha permitido imputar a dos funcionarios de la Xunta, José Manuel Pichel, y el ex restaurador de la Consellería de Cultura Carlos Gómez-Gil Aizpurúa -en la actualidad desplazado en Murcia- por supuesto cohecho y tráfico de influencias.

Según informó ayer Xornal de Galicia, Carlos Gómez-Gil Aizpurúa y el arquitecto de la Sociedad de Xestión do Xacobeo, José Manuel Pichel, integrarían una presunta trama que se habría beneficiado de las obras de rehabilitación de iglesias y edificios históricos. Gómez Gil habría ingresado 100.000 euros en efectivo en sus cuentas durante dos años, y el juzgado indaga si esos pagos partieron de empresas a las que se adjudicaban los trabajos de restauración a cambio de informes que el departamento de Patrimonio emitía a favor de las actuaciones. Además, la investigación analiza las subvenciones que el Xacobeo otorgó para financiar algunos de los trabajos.

El conselleiro de Cultura, Roberto Varela, cuyo departamento ha tenido que aportar documentación al juez, aseguró ayer que "por prudencia" los funcionarios imputados han sido apartados del departamento de contrataciones. Explicó además que la investigación apunta a "la gestión del bipartito", si bien apeló a la presunción de inocencia de ambos trabajadores públicos.

Obispo de Tui, imputado

El caso acumula ya doce imputados, entre ellos el obispo de Tui, José Diéguez Reboredo, quien ya ha tenido que pasar por el juzgado para explicar la venta de una casa rectoral en Covelo por sólo 60.000 euros precisamente a Gómez Gil-Aizpurúa. El edificio había sido arrendado por la diócesis al ex restaurador de la Subdirección Xeral de Patrimonio en 2003. El obispo de Tui alegó que Gómez Gil invirtió en su restauración 150.000 euros, un extremo que no se ha llegado a probar, y que por eso rebajó el precio de la casa rectoral a 60.000 euros.