Cloacas fiscales
Es extremadamente llamativo cómo los gobiernos miran a otra parte ante uno de los problemas más importantes del mundo globalizado: los paraísos fiscales. Se interviene con fuerza en los Estados considerados peligrosos, basta recordar Irak o Afganistán entre tantos otros, y no se hace absolutamente nada con las docenas de diminutos Estados que almacenan enormes fondos de procedencia, en su mayoría delictiva.
Narcotráfico, corrupción política, estafas de cuello blanco, trata de blancas, entre otras, suelen ser las criminales actividades cuyos enormes beneficios buscan refugio en esos opacos países. ¿Acaso no es esa práctica algo que podríamos llamar terrorismo financiero? ¿Por qué no se actúa con contundencia contra esos indecentes refugios? ¿No son, acaso, suficientes las entidades financieras "normales" -susceptibles siempre de auditoria e inspección- para satisfacer los movimientos de capitales derivados de la actividad económica mundial?
Lamentablemente, mientras se mantengan esas cloacas en estupendas oficinas de diseño, la codicia y el crimen dispondrán de las facilidades que necesitan para su pervivencia.
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